Un policía patrulla en la terminal principal del aeropuerto de Fráncfurt en el marco de un amplio despliegue de las fuerzas de seguridad. | ALEX DOMANSKI

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Las autoridades alemanas reforzaron ayer los dispositivos de seguridad en aeropuertos, estaciones y otros espacios públicos, tras reconocer el Gobierno la existencia de «indicios serios» de un atentado terrorista, presuntamente islamista, a finales de noviembre.

El ministro del Interior, Thomas de Maiziere, informó en una breve intervención ante la prensa de que se habían elevado los niveles de seguridad en todo el país por las advertencias recibidas de servicios secretos de países amigos.

«Hay razones para preocuparse, pero no para la histeria», advirtió el ministro, para insistir en la existencia de «pistas concretas y serias» de que elementos terroristas podrían atentar a finales de este mes en Alemania.

Evitar el alarmismo

«Nos mostraremos fuertes pero no nos dejaremos avasallar. No permitiremos que el terrorismo internacional limite nuestro modelo de vida ni nuestra cultura», añadió el ministro, quien acostumbra a ceñirse a la línea de la cautela para evitar alarmismos.

Según la edición digital del diario berlinés Der Tagesspiegel , la decisión de Berlín se produce tras recibir informaciones de Estados Unidos de que dos o cuatro miembros de Al Qaeda estaban preparados para actuar en Alemania o el Reino Unido.

De acuerdo con ese medio, la fecha posible para la llegada de los presuntos terroristas a Alemania es el 22 de noviembre y se cree que su objetivo es perpetrar un atentado en algún mercadillo de Navidad u otro lugar, aprovechando una gran concentración de personas.

La edición digital del semanario Focus afirma que los principales sospechosos son dos indios y dos paquistaníes, dotados de visados para circular por la zona Schengen.

Focus apunta que el comando podría estar integrado por hasta seis individuos, entre ellos un germano-marroquí y un germano-sirio.