El obispo Irinej, en el centro, tras ser investido patriarca de la antigua Iglesia ortodoxa serbia. | Efe

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Bajo estrictas medidas de seguridad, el moderado obispo Irinej fue investido ayer como nuevo patriarca serbio en el antiguo patriarcado de la Iglesia ortodoxa serbia en Pec, en el oeste de Kosovo, en presencia varios miles de personas.

Soldados italianos de la fuerza internacional bajo mando de la OTAN en Kosovo (KFOR), desplegados en torno al antiguo patriarcado, y la policía kosovar en los accesos al lugar garantizaron la seguridad durante el acto.
A pesar de las medidas de seguridad, después de la ceremonia de investidura se registraron varios incidentes, algunos violentos, informaron las autoridades locales e internacionales.

Según la policía de Kosovo, tres autobuses que transportaban a peregrinos serbios fueron atacados con piedras en Pec, donde vive una mayoría de albanokosovares.

Un herido

«La policía ha arrestado a cuatro personas. Hemos iniciado una investigación», señaló el portavoz de la policía kosovar, Zeqir Kelmendi. Según la citada fuente, no se produjeron heridos; la prensa serbia asegura, en cambio, que hubo un herido en los ataques.

Otro incidente se produjo a primera hora de la mañana, cuando decenas de pancartas con lemas contra el nuevo patriarca, conocido por su moderación, fueron encontradas en Pec. «Vete al infierno» o «criminal de guerra» eran los principales lemas, escritos en inglés, que se podían leer en esas pancartas, que fueron retiradas por las fuerzas de KFOR.

La solemne ceremonia comenzó con una liturgia, seguida del acto de investidura en el trono tradicional de los patriarcas serbios.

En su discurso de investidura, Irinej hizo un llamamiento a los pueblos serbio y albanés y a otros que viven en Kosovo «a la paz».