Un transportista empuja un carro de supermercado con basura durante un acto de protesta en el Ministerio de Transporte. | SIMELA PANTZARTZI

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El pulso lanzado por los transportistas al Gobierno heleno está dejando a Grecia desabastecida de combustible en plena temporada vacacional, con miles de turistas bloqueados a causa de la huelga, y ha obligado a recurrir al Ejército para garantizar el suministro de aeropuertos y hospitales. Los camioneros anunciaron que continuarán de forma indefinida la huelga, que dura ya cinco días, tras rechazar la última propuesta del Gobierno sobre un período de transición hasta finales de 2014 a la prevista nueva ley para liberalizar el sector del transporte.

Esta decisión supone un desafío abierto al Gobierno, que ha ordenado a los transportistas que vuelvan a su trabajo al considerar la huelga como ilegal, y ha amenazado incluso con retirar la licencia profesional y confiscar los vehículos a aquellos que se opongan. Desde el sector turístico, responsable del 16% del PIB de Grecia, se lanzan llamamientos para buscar una pronta salida dialogada porque una merma de ingresos en plena temporada alta supondrá un varapalo para muchos empresarios.

Turismo

Y es que esta es la última de una larga lista de huelgas que han devaluado la imagen de Grecia como destino turístico: en las pasadas semanas el paro de los funcionarios afectó a museos y espacios arqueológicos, además de retrasar o cancelar centenares de vuelos y conexiones por tren. Otra reciente huelga en los puertos griegos impidió que viajeros embarcaran en varios cruceros.

Este pulso es también un termómetro del compromiso del Gobierno con el plan de reformas estructurales aprobado y que tiene en el sindicato de los transportistas a un poderoso rival que controla una profesión cerrada desde hace décadas. Desde hace 35 años no ha cambiado el número de licencias profesionales, que en total son 33.000, y que cambian de mano por el pago de cientos de miles de euros, lo que encarece el coste del transporte de mercancías.

Por ello, el Gobierno también advirtió a los huelguistas que «la orden de movilización civil de los transportistas» se aplicará «al pie de la letra, con todas las consecuencias».