Soldados tailandeses se mantienen en alerta contra los manifestantes en el centro de Bangkok. | Reuters - DAMIR SAGOLJ

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El Gobierno tailandés asumió ayer una dura postura frente a miles de manifestantes contrarios al Gobierno, rechazando las demandas de diálogo bajo la supervisión de Naciones Unidas y llamando a sus líderes a rendirse tras letales enfrentamientos con las tropas.
Los comentarios de línea dura del Gobierno tailandés sofocaron las esperanzas de un compromiso para terminar con tres días de caóticos enfrentamientos que han causado la muerte de al menos 29 personas y dejaron 221 heridos, provocando que residentes queden atrapados en sus casas y aumentando el riesgo de un mayor conflicto.
Nattawut Saikai, líder de los manifestantes, hizo un llamado al cese al fuego y pidió que Naciones Unidas modere los diálogos. «No tenemos otra condición. No queremos más pérdidas», dijo a sus partidarios. Pero el Gobierno descartó rápidamente la oferta.
Sin condiciones
«Si ellos realmente quieren dialogar, no deberían establecer condiciones como pedirnos que retiremos las tropas», dijo Korbsak Sabhavasu, secretario general del primer ministro.
Mientras estallaban enfrentamientos en dos áreas de la ciudad de 15 millones de habitantes, residentes juntaban comida en supermercados, permanecían en sus viviendas o huían de barrios transformados en campos de batalla.
«El rechazo a cualquier cese al fuego es muy mala señal», dijo el político Vienrat Nethito en la Universidad de Chulalongkorn. «Esto prácticamente garantiza que los enfrentamientos continuarán y que la ciudad estará aún más cerca de una guerra civil», agregó.
Los enfrentamientos más severos ocurrieron en el área de Bon Kai de Rama IV, una importante arteria del distrito comercial. Tropas y francotiradores disparaban rifles de asalto, mientras manifestantes lanzaban bombas molotov y quemaban barricadas de neumáticos rociados de queroseno para camuflarse.
Un manifestante recibió un disparo de un francotirador, dijo un testigo.