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El ex ministro británico de Energía Ed Miliband confirmó ayer que optará al liderazgo del Partido Laborista tras la renuncia esta semana del ex primer ministro Gordon Brown, y que competirá por el puesto con su hermano David, ex ministro de Exteriores, que presentó el miércoles su candidatura.
Ed Miliband, de 40 años, hizo oficial su deseo de optar a la dirección del Partido Laborista en un discurso ante la socialista Sociedad Fabiana, en el que basó su candidatura en la necesidad de que el laborismo recupere su condición de «fuerza de progreso».
El menor de los Miliband pidió a los militantes y simpatizantes aprovechar la derrota electoral del pasado 6 de mayo, que abrió la puerta a un histórico Gobierno de coalición entre los conservadores y los liberaldemócratas, para renovar el laborismo.
De vuelta a la oposición después de 13 años en el 10 de Downing Street, el laborismo debe darse cuenta, dijo el ex ministro, de que perdieron «el contacto con los valores» que les hicieron «una fuerza de progreso y con la gente» a la que representan.
Es algo que les ocurre a todos los Gobiernos. Perdimos el sentido de nuestra misión de progreso, dejamos de ser idealistas y nos convertimos en tecnócratas, no en transformadores de la política y del país», dijo Miliband al asumir los errores cometidos.
Por eso su partido necesita, subrayó, «un debate sobre ideas sobre cómo refundamos nuestro partido. La última vez lo hicimos en 1994 y fue lo que nos condujo al Nuevo Laborismo», la plataforma política que llevó al poder a Tony Blair en el año 1997.
El ya candidato laborista también instó a aceptar «la realidad de que ésta ha sido una semana deprimente para el Partido Laborista y para las fuerzas progresistas» y recordó que los resultados del 6 de mayo fueron «los segundos peores desde que hay sufragio universal».
No obstante, Miliband, militante laborista desde los 17 años, consideró esta crisis una oportunidad: «La ventaja de la oposición es que permite renovarse, pensar en el país en el que vivimos».
Ideológicamente algo más a la izquierda que su hermano, reivindicó «el poder del Gobierno para corregir a los mercados» y rechazó que la globalización deba ser una opción de «o te adaptas o mueres», pero alertó también sobre «los fracasos del Estado».
El pequeño de los Miliband, que vive en pareja y tiene un hijo, prefirió utilizar el término «fraternal» para hablar de la rivalidad con su hermano y bromeó diciendo que su madre, militante laborista, terminará por votar por el parlamentario Jon Cruddas, representante del ala izquierda del partido que aún no se ha postulado.