n Atenas. Decenas de manifestantes se enfrentaron a la policía, que tuvo que cargar varias veces y utilizar gases lacrimógenos. | Efe - PANAGIOTIS MOSCHANDREO

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La grave crisis y la austeridad centraron ayer el Primero de Mayo europeo, en el que los sindicatos advirtieron de los efectos nocivos que el recorte del gasto puede tener sobre los derechos de los trabajadores.
Las movilizaciones se sucedieron un año más en las principales ciudades europeas, y en su mayoría transcurrieron de forma pacífica, a excepción de algunos disturbios en las ciudades griegas de Atenas y Salónica, en los que la policía disparó gases lacrimógenos.
Grecia vivió un tenso Primero de Mayo que sirvió de ensayo para la huelga general que se ha convocado para el próximo miércoles, y alrededor de 20.000 manifestantes acudieron a la convocatoria.
En Alemania, los choques entre neonazis y extremistas de izquierda se saldaron con 14 heridos y 250 neonazis detenidos.
Las movilizaciones francesas fueron mucho menos numerosas que el año pasado, con unas 45.000 personas, frente a las 160.000 que contabilizaron los propios sindicatos en 2009.
Los comunistas rusos aprovecharon el 1 de mayo para protestar contra la política económica y social del Gobierno.
La mayor parte de las manifestaciones en Bélgica aludieron a la crisis política del país tras la dimisión del Gobierno.
Los sindicatos italianos eligieron la localidad de Rosarno para las manifestaciones, en las que los líderes sindicales hicieron un llamamiento al Gobierno para que impulse una nueva política económica e industrial.
En Estambul, 300.000 personas abarrotaron por primera vez en 32 años la plaza de Taksim, símbolo de la lucha obrera.
En Bolivia, el presidente Evo Morales aprovechó la jornada para nacionalizar cuatro empresas eléctricas.
Varios miles de trabajadores de países del sudeste de Asia, desde la superpoblada Indonesia a la empobrecida Camboya, salieron a las calles para pedir mejores condiciones laborales.