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Tres soldados de EEUU y un trabajador civil murieron al estrellarse una aeronave de las fuerzas estadounidenses en el sureste de Afganistán por causas «desconocidas», informó hoy la ISAF, aunque los talibanes dijeron haberla derribado.

El suceso, ocurrido anoche, causó también heridas a un alto número de soldados, que la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) no concretó en un comunicado emitido hoy.

El aparato, un CV-22 Osprey -un híbrido entre helicóptero y avión-, se estrelló a unos diez kilómetros al oeste de la ciudad de Qalat, en la provincia suroriental de Zabul.

Los heridos fueron transportados a una base cercana para recibir tratamiento médico tras el suceso, cuya autoría fue reivindicada por un portavoz talibán, Muhamad Yousuf Ahmadi.

«Derribamos anoche un helicóptero en la zona de Nawkhez, (una acción en la que) murieron treinta soldados de Estados Unidos», declaró Ahmadi a la agencia afgana AIP.

Según AIP, varios lugareños de Qalat dijeron haber visto durante la noche un gran número de helicópteros sobrevolando la ciudad, supuestamente después de se estrellara el CV-22 Osprey.

Este es el cuarto aparato de las tropas internacionales que se estrella en Afganistán desde el pasado 23 de marzo y el segundo en los últimos diez días en Zabul, donde cayó un helicóptero el día 29 de marzo, aunque «sin indicios» de que fuera derribado, de acuerdo con la ISAF.

También es el suceso de este tipo más grave desde el 26 de octubre de 2009, cuando murieron 14 estadounidenses, entre militares y civiles, víctimas del choque de dos helicópteros y la caída de un tercero en distintos puntos del país.

El CV-22 Osprey es un aparato que el Ejército estadounidense usa para labores de infiltración de largo alcance y suministro para las tropas.

Su tecnología le permite aterrizar y despegar como si fuera un helicóptero, pero la mayor potencia de sus motores le permite volar más rápido que los helicópteros convencionales.