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Los Legionarios de Cristo reconocieron ayer que su fundador, Marcial Maciel, abusó sexualmente de seminaristas menores, tuvo «otros graves comportamientos» y varios hijos, por lo que han pedido perdón a las víctimas y renegado del sacerdote mexicano, al no considerarlo ya como modelo de vida cristiana.
En un comunicado, en el que la congregación hace un «mea culpa» por los pecados de Maciel (1920-2008), los Legionarios de Cristo aseguran que habían «esperado» que las acusaciones contra el fundador fueran falsas o infundadas, «pero no ha sido así, por lo que ante la gravedad de las faltas no podemos mirar a su persona como modelo de vida cristiana o sacerdotal».
«Estamos profundamente consternados y tenemos que reconocer que son ciertas las acusaciones contra el Padre Maciel, entre las que se incluían abusos sexuales a seminaristas menores», manifestaron en el comunicado, hecho público diez días después de que concluyera la inspección ordenada por el Papa a esa congregación.
«Mea culpa»
El «mea culpa» lo han hecho cuatro años después de que Benedicto XVI castigara, el 19 de mayo de 2006, a Maciel por esos abusos, le impusiera una vida de penitencia y que renunciara a todo ministerio público y no le abrió un proceso canónico debido a su avanzada edad, 85 años entonces.
En el comunicado reconocen que el sacerdote tuvo una hija «de una relación estable» con una mujer y que otras dos personas afirman que son hijos suyos de otra relación.
Durante la inspección los prelados analizaron el sistema formativo, revisaron el estado financiero e investigaron si los Legionarios de Cristo han respetado la supresión decidida por Benedicto XVI en 2008 del conocido como «cuarto voto», que era secreto.
Ese voto fue impuesto por Maciel para obligar a sus sacerdotes, bajo pena de excomunión, a no criticar y no denunciar a sus superiores, ni a aspirar a cargos.
La congregación cuenta con casi 900 sacerdotes, 3.000 seminaristas y tiene 70.000 miembros de la asociación Regnum Christi.