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Los partidarios y los adversarios de la Constitución europea tienen casi tres meses para convencer a los franceses, tras la decisión ayer del presidente, Jacques Chirac, de fijar el referéndum vinculante para el 29 de mayo.

Los líderes de la formación conservadora y gobernante UMP, de la centroliberal UDF y del opositor Partido Socialista (PS) expresaron su satisfacción por la fecha, que responde a sus recomendaciones.

Después de consultar a los líderes de los partidos representados en el Parlamento y salvado el trámite de la revisión de la Carta Magna francesa para hacerla compatible con el proyecto europeo, Chirac ha fijado una fecha que satisface más a los defensores del «sí» que a ciertos partidarios del «no», que habrían querido más tiempo para informar al electorado sobre el texto.

Aunque los sondeos muestran al «sí» mayoritario, en torno al 63 por ciento, el «no» ha avanzado en los últimos meses y casi un 60 por ciento se inclina por la abstención o el voto en blanco.

Ante la movilización del «no» de ciertos sectores de la izquierda y la ultraizquierda, el líder del opositor Partido Socialista (PS), Francois Hollande, lanzó antes de lo previsto, a mediados del mes pasado, la campaña por un «sí franco, claro y socialista».

La UMP dará el pistoletazo de salida de la suya mañana, con la aprobación de la moción propuesta por su presidente, Nicolas Sarkozy, por un «sí franco y masivo» a la Constitución, pero también por «una asociación privilegiada» de Turquía con la Unión Europea (UE), en lugar de su eventual ingreso.

La UMP ya se pronunció el año pasado contra la eventual adhesión de Turquía a la UE, a la que también se opone la mayoría de los franceses pero a la que Chirac es personalmente favorable.

El «problema turco» y la crispación social actual -con un paro a su más alto nivel en cinco años, las movilizaciones y huelgas contra las reformas del Gobierno conservador de Jean-Pierre Raffarin, o su impopularidad- arrojan dudas sobre el desenlace del referéndum.