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EP/AP-BEIRUT
Los Gobiernos de Siria y Líbano anunciaron ayer, de manera casi simultánea, que «se ha tomado la decisión» de una retirada de las tropas sirias en el Líbano de la costa y las montañas del valle de Bekaa hasta la frontera entre ambos países, aunque no una retirada ni inmediata, ni total, como reclama la comunidad internacional, sino sólo hasta la frontera, y sin fecha todavía fijada.

La retirada se hará en virtud de este acuerdo, y no de la resolución 1559 del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada el pasado mes septiembre, y que reclama una retirada inmediata de los alrededor de 14.000 soldados sirios que permanecen en el país.

El ministro dijo que oficiales militares libaneses y sirios han comenzado los encuentros para definir «las fechas y el modo» en el que se producirá la retirada, añadiendo que la salida de las tropas sirias de la costa y las montañas del valle de Bekaa, cerca de la frontera con Siria, es conforme al Acuerdo de Taif, alcanzado por ambos países en 1989.

Esta resolución, auspiciada por Francia y Estados Unidos, ha vuelto a los primeros puestos de la agenda internacional después del asesinato el 14 de febrero del ex primer ministro libanés Rafik Hariri. La oposición culpa al gobierno pro-sirio y al propio régimen de Damasco del atentado -acusación que ambos niegan- y la comunidad internacional ha vuelto a elevar la voz para pedir una devolución total a Líbano de su soberanía.

Sin embargo, Siria sólo hizo una referencia a la orden de la ONU, para afirmar que cooperará con el enviado especial de la ONU para Oriente Próximo, Terje Roed-Larsen, «para cumplir su misión del mejor modo posible».

«Las importantes retiradas que ya se han llevado a cabo y las que se harán más adelante se harán de acuerdo con el Líbano y basadas en el Acuerdo de Taif», decía el comunicado sirio, el primero desde el asesinato el día 14 de febrero en Beirut del ex primer ministro Hariri.