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El Parlamento italiano aprobó ayer la prolongación de la misión militar en Irak, con el voto a favor de la mayoría conservadora y el pronunciamiento en contra de la oposición de centroizquierda que lidera Romano Prodi. La votación sobre la financiación de esa misión hasta el próximo 30 de junio se llevó a cabo mientras se emitía por televisión un vídeo con un desesperado llamamiento de la periodista secuestrada Giuliana Sgrena, en el que pide el retiro del contingente de cerca de 3.000 soldados desplegado en Nasiriya, al sur de Bagdad.

Sobre ese flanco cargaron buena parte de sus discursos previos al voto los representantes de los partidos del Gobierno, como el portavoz de Forza Italia, Renato Schifani, que invitó a los sectores moderados de la oposición a rebelarse y dar su aprobación al decreto.

La alianza gubernamental del primer ministro Silvio Berlusconi sacó adelante la iniciativa en el Senado con 141 votos a favor, frente a los 112 en contra de la oposición, que se mantuvo unida, pese a las notables discrepancias que existen en su seno.

En la asamblea previa para debatir su voto, el presidente de la centrista Margarita y rival de Berlusconi en las elecciones de 2000, Francesco Rutelli, y otros 31 parlamentarios se mostraron partidarios de la abstención.

Su principal centro de mira fue Romano Prodi, al que acusan de haberse dejado llevar por el dirigente más radical de la oposición, el secretario de Refundación Comunista, Fausto Bertionotti, sin atreverse, en cambio, a pedir abiertamente el retiro de las tropas.

Quien sí solicitó ayer ese repliegue, además con gran dramatismo, ha sido la periodista del diario «Il Manifesto» Giuliana Sgrena, en un vídeo grabado en su cautiverio en Irak, del que ayer se cumplieron 13 días, difundido sin pausa por las televisiones italianas.