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EFE - JERUSALÉN
Diez policías resultaron heridos y al menos 50 personas arrestadas, durante las manifestaciones que grupos de la extrema derecha israelí convocaron para protestar contra el plan de evacuación de Gaza.

Por su parte el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, dio por terminada la guerra con los israelíes y alabó la labor del primer ministro israelí, Ariel Sharon, quien está «hablando un lenguaje diferente» a los palestinos y sigue adelante con su plan de retirada de la franja de Gaza pese a la presión a la que le están sometiendo en su propio partido. «Es una buena señal para empezar», declaró Abbas, en una entrevista que publica el «New York Times».

Miles de ultraderechistas se manifestaron en Jerusalén, Galilea y los alrededores de Tel Aviv, incluidos unos 15.000 colonos en el bloque de Gush Kativ, en la franja de Gaza, contra la retirada israelí de Gaza y el desmantelamiento de cuatro asentamientos judíos del norte de Cisjordania, prevista en el Plan de Desconexión, impulsado por el primer ministro de Israel, Ariel Sharon.

Protestaban asimismo por el proyecto de ley de compensación económica para los colonos que abandonen sus casas durante la retirada, que varía según la antigüedad en el asentamiento y los medios de producción con los que cuentan, aunque puede alcanzar hasta 250.000 dólares.

Por otro lado, el primer ministro de Israel, Ariel Sharón, ha asegurado que su familia ha contratado agentes de seguridad para vigilar la tumba de su esposa y evitar una posible profanación por ultraderechistas israelíes ante su decisión de retirarse de la franja de Gaza. Además de Sharón, fuentes israelíes manifestaron que también han recibidos amenazas de grupos de extrema derecha el ministro de Defensa, Shaúl Mofaz, y el de Infraestructuras, Benjamín Ben Eliezer.

El proyecto de ley para la evacuación de Gaza será sometido mañana miércoles al Parlamento y, en última instancia, al Consejo de Ministros el domingo. En caso de ser aprobada en el plenario de la Kneset y en el Consejo de Ministros, el desmantelamiento de los asentamientos judíos y la retirada del Ejército, comenzarán en cinco meses.