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AGENCIAS-SIDNEY
El primer ministro australiano, el conservador John Howard, fiel aliado de Estados Unidos y defensor de la guerra en Irak, logró su cuarto mandato consecutivo, según los primeros datos difundidos por los medios de comunicación locales después de las elecciones legislativas celebradas ayer.

Mientras, el líder del Partido Laborista no esperó a los resultados oficiales para reconocer su derrota. «Hace un rato he hablado con Howard y le he felicitado», declaró ante unas 800 personas reunidas en su circunscripción, situada en el extrarradio de Sidney.

«Es realmente un éxito histórico para nuestros dos partidos» de la coalición liberal-nacional en el poder, declaró el jefe de Gobierno en un hotel de la capital en el que estaban congregados sus partidarios. «Somos unos privilegiados por poder participar en un gran ejercicio de democracia», dijo.

«Déjenme recordarles que, este mismo día, el pueblo de Afganistán celebró elecciones. Estos comicios han sido posibles gracias a que muchos países, entre ellos Australia, estuvieron dispuestos a alzarse en favor de la democracia y en contra del terrorismo», agregó.

El responsable de la oposición prometió que seguirá luchando. «Mucha gente ha dicho que reforcé la oposición y, cuando la oposición es fuerte, la democracia australiana es mucho más sólida. Vamos a seguir haciéndolo en la próxima legislatura. Haremos que el Gobierno sea responsable de sus actos», advirtió.

Según los cálculos de la cadena de televisión pública ABC, la coalición conservadora obtuvo 87 de los 150 escaños de la Cámara de Representantes, o sea cinco más que los que ocupaba en la Cámara Baja saliente.

El Gobierno también ganaría terreno en el Senado (76 miembros), donde los laboristas y sus aliados tenían la mayoría y habían bloqueado iniciativas legislativas claves de Howard, como la privatización completa del gigante de las telecomunicaciones Telstra. El laborismo perdería cuatro escaños, para quedarse con 60 representantes y los independientes conservarían tres que ya poseían.