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NAMIR SOBHI-BAGDAD
Abdel Hadi al-Darrayi, portavoz del clérigo rebelde Muqtada al-Sadr en Bagdad, confirmó ayer que las milicias radicales chiíes comenzarán el lunes a deponer las armas en virtud de un acuerdo alcanzado con el Gobierno interino. El compromiso ha sido recibido con entusiasmo por el Gobierno que encabeza el primer ministro interino iraquí, Iyad Allawi, que espera que siente un precedente y ayude a pacificar un país sacudido por 18 meses de violencia diaria.

«A cambio, el Gobierno se compromete a liberar a todos los presos de la corriente de Al-Sadr y a no perseguir a sus dirigentes y miembros», insistió. El pacto se cerró ayer después de una semana de arduas y tensas negociaciones entre el Gobierno interino iraquí y una bicéfala delegación de Ciudad al Sadr integrada por representantes de las tribus y de la milicia del clérigo rebelde.

La cláusula principal del acuerdo prevé la entrega de armamento a cambio de la promesa del Gobierno de liberar a todos los seguidores de Al-Sadr detenidos en cárceles iraquíes y del cese de las operaciones militares y los bombardeos de EEUU, explicó el portavoz en rueda de prensa. Al-Darrayi explicó que el documento «recoge condiciones específicas que prevén la entrega de armas del Ejército del Mahdi a partir del lunes en centros designados» por ambas partes. El proceso será supervisado por la Policía y la Guardia Nacional iraquí, agregó.

Por parte del Ejecutivo interino iraquí participaron el viceprimer ministro iraquí, Barham Saleh, el ministro de Defensa, Hazem al Shaalan, y secretario de Estado para Asuntos de Seguridad Nacional, Qasem Daud. En la negociación final también estuvo presente el embajador de EEUU en Irak, John Negroponte, reveló ayer Karim al-Bakhati, jefe de la delegación de líderes tribales.