TW
0
FRANCE PRESS - SKOPJE A garantías albanesas, escepticismo eslavo. Así podría resumirse la situación de Macedonia ayer, mientras un tercero en discordia, la OTAN, completa poco a poco el despliegue de su avanzadilla para estudiar la seguridad de la zona y garantizar el desarme de la guerrilla independentista albanesa. La llegada de las tropas aliadas a Macedonia desata la amargura de buena parte de la opinión pública eslava, que acusa a los occidentales de colaborar con los independentistas albaneses.

El líder del Ejército de Liberación Nacional (ELN), Alí Ahmeti, convocó a la prensa en Sipkovica, uno de los bastiones de su movimiento en las montañas que dominan Tetovo (en el noroeste). «En lo que respecta al ELN, no habrá problemas, todos los combatientes entregarán las armas», prometió solemnemente, dos días después de la llegada a Skopje de una avanzadilla de la operación 'Cosecha Esencial'.

Los primeros hombres de la Alianza Atlántica, bajo el mando del general británico, Barney White-Spunner, evaluarán la situación de la zona para ver si se cumplen las condiciones para el envío de una misión de 3.500 militares. Desde su llegada a Skopje, el general había pedido «un consentimiento explícito por parte de los grupos albaneses armados a entregar las armas a los efectivos de la OTAN, encargados de recogerlas». El oficial británico quería asegurar que el ELN respetaría los acuerdo firmados la semana pasada con la OTAN.

Alí Ahmeti fortaleció la reconciliación asegurando que tenía «importantes garantías de la UE y la OTAN para la puesta en marcha de un acuerdo de paz» por lo que mostró una confianza «completa» en ellos. De este modo, los albaneses reafirmaban su aceptación al acuerdo firmado el pasado 13 de agosto por las formaciones políticas eslavas y albanesas. La OTAN, por su parte, mostró su satisfacción por las declaraciones de Ahmeti. «La clave ahora es el mantenimiento del alto el fuego», declaró el portavoz de la OTAN en Skopje, Barry Johnson.