Los líderes de las principales fuerzas políticas tanto albanesas como eslavas suscribieron ayer el acuerdo de paz en Skopje.

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YIVKO BALSA-SKOPJE El acuerdo, suscrito por los principales líderes políticos del país en presencia del secretario general de la OTAN, George Robertson, y del enviado de la UE para Política Exterior, Javier Solana, recoge reformas a la Constitución que deben satisfacer los derechos de la minoría albanesa. El documento aún debe ser aprobado por el Parlamento, por lo que el presidente del país, Borís Traykovski, pidió a los diputados (mayoritariamente eslavos) que «hagan su contribución» al proceso de paz.

Por su parte, un líder de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (UCK) dijo que ésta acepta el documento suscrito, pero calculó que harán falta unas semanas para alcanzar un acuerdo para su desmovilización. El UCK no participó en las negociaciones de paz. «Aún no se ha acabado nada, ya que (ahora) sigue la aplicación de lo acordado», subrayó el guerrillero. Roberston destacó que el acuerdo «abre el camino a una solución pacífica y duradera» de la crisis, pero conminó a los líderes políticos del país a «ponerlo rápidamente en práctica». Dijo haber recibido, en ese sentido, garantías de los líderes políticos y del Parlamento.

El secretario general aliado recordó los puntos pendientes del proceso de paz antes de que la OTAN actúe en Macedonia: un alto el fuego «duradero» que espera se logrará «en los próximos días» y el acuerdo de desarme de la guerrilla. «En nuestras discusiones de ayer (por el domingo) se ha hecho un gran progreso» en cuanto al desarme, dijo Robertson, quien se mostró «confiado» en que éste se producirá. Solana, por su parte, conminó a los líderes del país a actuar para que el proceso no se estanque. «La obligación del líder es liderar», declaró, e insistió en que si el acuerdo suscrito ayer «no se pone en práctica, no se habrá hecho nada». «Tenéis ahora una oportunidad para un excelente futuro de prosperidad y estabilidad», destacó Solana, que recordó que Macedonia fue el primer país balcánico con el que la UE firmó un Acuerdo de Estabilización y Asociación y que los macedonios tienen en los europeos «amigos que desean ayudarlos».

En los seis meses de crisis desde que empezó a actuar la guerrilla, Robertson y Solana se han desplazado en multitud de ocasiones a Macedonia para dar impulso al proceso de paz y evitar que estallara una guerra civil. El acuerdo de ayer ha sido fruto de más de un mes de negociaciones, que varias veces parecieron a punto de frustrarse por los combates, entre los cuatro principales partidos del país, dos eslavos y dos albaneses, con la mediación del europeo Francois Leotard y el estadounidense James Pardew. «Macedonia ha mostrado que es un país democrático en el que, mediante los principios democráticos, puede lograrse un acuerdo sobre un futuro mejor», declaró el presidente Traykovski.