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EFE-ARGEL La marcha pacífica convocada ayer en Argel con el lema de «esperanza democrática» y el objetivo de denunciar «la represión» en la Cabilia argelina terminó con violentos enfrentamientos que ocasionaron algunos heridos y perjuicios materiales considerables. La manifestación, organizada par el Frente de las Fuerzas Socialistas (FFS), reunió a más de 200.000 personas según los periodistas presentes en el lugar, y más de 600.000 según los convocantes. Los participantes, jóvenes varones en su mayoría pero también mujeres jóvenes y ancianas vestidas con las ropas tradicionales de Cabilia llegaron sobre todo desde las regiones bereberes del país. Se agruparon en la plaza del Primero de Mayo con la intención de dirigirse a la sede de la Presidencia del país, pero las autoridades se lo impidieron, por lo que enfilaron hacia la Plaza de los Mártires de la capital argelina.

La manifestación se caracterizó por una absoluta falta de organización y los convocantes se vieron desbordados. La marcha comenzó con los manifestantes coreando eslóganes hostiles al poder central como «poder asesino», «no hay perdón» o «si queréis la guerra, estamos listos». A lo largo del itinerario, todos los comercios sin excepción se vieron obligados a cerrar sus puertas, en algunos casos bajo la amenaza directa de manifestantes encolerizados, mientras que miembros de los antidisturbios tomaron posiciones, especialmente en los edificios públicos más sensibles. Los manifestantes, que desfilaron bajo un sol abrasador, llevaban pancartas con inscripciones como «por una alternativa pacífica y democrática al poder» o «por una investigación internacional sobre los sucesos en Cabilia».

Un grupo de mujeres exhibió una banderola de color negra con una inscripción que decía «cuando los generales no se ponen de acuerdo la Cabilia cuenta sus muertos», mientras que otros llevaban retratos de algunas víctimas mortales de los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad de las últimas semanas. Al llegar al punto final del recorrido, en la Plaza de los Mártires, la manifestación se transformó de repente en violentos enfrentamientos. Un grupo de jóvenes a la cabeza de la marcha se enzarzó con otro grupo de los barrios populares de la Casbah y Bab El Oued, y comenzaron a lanzarse piedras mutuamente, provocando algunos heridos, pero sobre todo daños materiales.