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Bandera de España en la camisa, bandera de España en la pulsera y bandera de España sobre la mesa en la que se hace la entrevista. Jorge Campos es en sí mismo toda una declaración de intenciones. Las encuestas dicen que su partido, Vox, mejorará de forma notable sus resultados y, si la derecha suma, su opción pasa por entrar en el Govern.

¿No es contradictorio presentarse a unas elecciones autonómicas y querer acabar con las autonomías?
—Nuestro estado autonómico es fallido. Tenemos 17 miniestados, nos dividen, nos enfrentan y además es económicamente insostenible. Para poder ir devolviendo competencias, el trabajo debe hacerse en el Congreso, pero también en los parlamentos y para poder devolverlas, en el caso de Balears la de sanidad y educación, debemos tener presencia en las cámaras legislativas.

¿Su modelo es una, grande y libre?
—Nuestro modelo es una gran nación para los ciudadanos españoles y, por supuesto, libertad, que es algo que estamos perdiendo cada día.

Les llaman la España en blanco y negro. ¿Con Franco vivíamos mejor?
—A usted le gusta Franco, ¿eh?

No, no, por favor…
—Nosotros vivimos en el 2023. Quien vive en épocas pasadas es la izquierda que nos gobierna, aquellos que estamos mirando 80 años atrás. Nosotros tenemos un programa dedicado a los problemas de los ciudadanos de hoy, con más color que nunca, sobre todo el rojigualda.

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Hablemos de esos problemas. ¿Qué proponen ustedes para solucionar el problema de la vivienda?
—Hay que derogar toda la inmensa normativa que restringe el mercado. Apostamos por la vivienda social, pero con toda la normativa aprobada, y más ahora con la ley de vivienda, en Balears va a ser prácticamente imposible acceder a la vivienda: no va a haber suelo y topar los precios de alquiler hace que los pisos de alquiler desaparezcan. Hay que hacer todo lo contrario: simplificar normativa y liberar suelo para construir VPO.

No están de acuerdo con limitar la compra a no residentes...
—Efectivamente. No puede ser que, en un mismo país, un señor de Cuenca, de Murcia o de Valencia no pueda comprarse un piso aquí; es algo insólito aparte de ilegal. No es más que un intento de desviar la atención porque el gran problema de la vivienda en España se debe a políticas que se han aprobado aquí, no porque vengan unos señores de fuera a comprar una vivienda.

Me extraña que no haya hablado aún de okupación.
—Pues gracias por decirlo, porque es otro de los problemas de esta comunidad: la inseguridad jurídica que genera la okupación ilegal. Si el okupa tiene más derechos que el propietario, tenemos un problema.

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Usted habla de vivienda social, igual a los okupas hay que darles esa opción.
—El objetivo es que a aquel que está al margen de la ley, mano dura. Al okupa hay que sacarlo de una patada a las 24 horas.

También intuyo que está en contra de las políticas de decrecimiento turístico.
—Sí, porque suponen empobrecerse. No tenemos un problema de masificación turística, sino de falta de gestión turística. Se han aprobado leyes para favorecer a los cuatro grandes del turismo y nosotros queremos que el turismo favorezca a todos. Se están viendo perjudicados por una normativa que solo favorece a los grandes. Queremos seguir siendo un referente internacional sin decrecer, porque esa sensación de saturación la está provocando este Govern por unas políticas de movilidad lamentables.

¿Qué proponen?
—Hay que hacer un transporte público de verdad, que no se necesiten cuatro horas para ir a Manacor; no entendemos por qué jamás no se ha hecho una línea de metro en vez de enterrar el dinero en gasto político superfluo. Tenemos los coches que tenemos y hay que hacer infraestructuras: quitar limitaciones de velocidad en la vía de cintura, eliminar el carril bus VAO, la autopista que lleva a Campos hay que llevarla Santanyí y Felanitx, la que llega a sa Pobla, hasta Alcúdia…

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Fueron muy beligerantes con las menores tuteladas pero todo ha acabado en un reproche del Europarlamento Europeo y sin medidas de la Fiscalía.
—Es que no ha acabado. Son niñas que se sacan para protegerlas de sus padres y que acaban en redes de prostitución y no se quiso investigar. Tuvo que venir una misión europea a pedir que se cambiaran los protocolos y no se ha hecho. Tuvimos que presentar una denuncia en un juzgado, que aún se sigue investigando y que ha pedido documentación a la Fiscalía. Aquí nadie ha asumido responsabilidad políticas.

Tendrá que pactar con Marga Prohens. ¿Es la derechita cobarde?
—Prefiero prescindir de calificaciones. Con ella tenga una relación cordial y en el ámbito político defendemos cuestiones diferentes en muchos asuntos. Lo que puedo criticarle al PP es que, cuando ha gobernado con mayorías absolutas, no ha hecho nada de lo que ha prometido. Nosotros sí lo haremos, pero esta vez desde el Govern.

¿Puede que Fulgencio Coll sea alcalde a cambio de que Marga Prohens sea presidenta?
–Nosotros nos presentamos a ganar las elecciones. Que gobernemos es fundamental para que cambien las políticas de la izquierda, que también aplica el PP. La ley de Memòria Democràtica y toda la normativa lingüística está aprobada por el PP y por el PSIB.

¿Derogarán estas leyes?
—Todas la leyes que sirvan para enfrentarnos, dividirnos y para abrir antiguas heridas o pisotear la labor de la transición no deben aplicarse.

¿Qué es lo primero que hará si llega al Govern?
—Bajar impuestos para acabar con la situación de asfixia que viven los ciudadanos por culpa del gobierno socialcomunista de la señora Armengol.