El candidato a la presidencia de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page (d) acompañado por el expresidente José Bono, celebra su victoria en las elecciones celebradas el domingo. | Efe - Ismael Herrero

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El secretario general de los socialistas de Castilla-La Mancha y presidente electo de la región, Emiliano García-Page, ha desvelado que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez aún no le ha felicitado por su mayoría absoluta en las elecciones autonómicas, y ha confirmado que quién sí le mandó un mensaje el lunes fue el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.

En una entrevista en Onda Cero, al ser preguntado por si le ha felicitado Sánchez tras revalidar su mayoría absoluta -la única del PSOE en una comunidad autónoma- García-Page ha dicho que cree que no, aunque ha reconocido que aún tiene sin leer un tercio de los mensajes de felicitación que recibió el domingo por la noche.

Durante la entrevista, el presidente de Castilla-La Mancha ha asegurado que desea que su partido gane las elecciones generales del 23 julio, si bien ha matizado que distingue entre su partido y quienes lo representan. Y se ha mostrado consciente de que «no todo el mundo» en su formación se ha alegrado de que haya logrado la mayoría absoluta el 28M, si bien le ha restado importancia porque considera que militar en un partido «no es entrar en una secta», sino que en los partidos «la gente tiene libertad de opinión y de movimiento».

Sobre el adelanto de las elecciones generales, ha opinado que «no había otra alternativa».

De hecho, ha considerado que si no se celebraran ya las elecciones generales y se dejaran para final de año, serían «seis meses de barbacoa», en los que se «achicharraría el partido y el candidato», pero también «las instituciones y el país». García-Page cree además que «no va a haber debate» sobre quién será el candidato del PSOE y da por hecho que lo será el también secretario general de los socialistas. A su juicio, nadie va a provocar ese debate: «Es el presidente del Gobierno, quiere ir y ha convocado con esa intención». Por lo tanto, no cree que se pueda «discutir y es razonable que la gente emita su veredicto sobre su gestión».