Un centenar largo de personas, buena parte cargos en el partido y en las instituciones pero también militantes de base, acudieron a la asamblea que Més per Mallorca celebró en el casal de cultura de Inca. | Pilar Pellicer

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«Negociad con valentía y firmeza. Os tenéis que hacer valer». Este es el mensaje que la asamblea de Més per Mallorca trasladó este viernes a sus dirigentes en la reunión que celebró en Inca, según explicó Miquel Gallardo, miembro de la ejecutiva del partido, y confirmaron otros asistentes.

La asamblea incluyó las intervenciones de los dos coordinadores, Bel Busquets y Guillem Balboa, y del jefe de campaña, Josep Ferrà. También hablaron los militantes que lo solicitaron, que dispusieron de dos minutos cada uno para exponer sus opiniones. El orden del día preveía dos puntos: análisis de los resultados de las elecciones y ruegos y preguntas. Buena parte del aforo eran cargos orgánicos del partido o en las instituciones, pero también afiliados de base.

La mayoría de las intervenciones incidieron en lo ya señalado: que a pesar de que los resultados del 26-M fueron malos –Més se dejó dos escaños en las autonómicas–, han sido mejores o comparables a los de 1999 o 2007, en que el PSM y el Bloc obtuvieron áreas de peso en el Govern. La asamblea no entró a debatir con profundidad la posibilidad de no entrar en los gobiernos que ahora se constituirán y apoyarlos desde fuera, tal y como ha reclamado un sector del partido, pero sí se apuntó en esta dirección en caso que el PSOE se negara a aceptar las demandas de los ecosoberanistas.

De hecho, una de las causas que se plantearon para explicar la pérdida de votos fue que en 2015 Més no hizo valer su fuerza en la negociación con el PSOE. «El haber permitido algunas cosas al PSOE nos ha pasado factura y ahora hay que evitar que vuelva a suceder», señaló un militante. Bel Busquets, que dejó la asamblea unos instantes para atender a los medios de comunicación, se expresó en términos similares: «Sí a un gobierno de izquierdas, pero no un cheque en blanco».

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En relación a la gestión de Més estos cuatro últimos años, las críticas versaron principalmente sobre la política cultural y el ecologismo. Sobre cultura, una de las materias de las que Més –el PSM– hacía históricamente bandera, se admitió que el hecho de haberse nombrado tres conselleres distintas habría erosionado al partido. En relación al ecologismo, otra seña de identidad de los ecosoberanistas, se señaló al desdoblamiento de la carretera entre Llucmajor y Campos.

La reunión duró cerca de dos horas y media. Las fuentes coinciden en que no hubo enfrentamientos y que el partido había salido «reforzado».

El partido

Otra de las críticas que se formularon fue en relación al partido. Algunas voces recriminaron que, al haberse centrado los dirigentes en la gobernabilidad y la gestión de las instituciones públicas, se había abandonado el partido, que no se había tenido cuidado del crecimiento orgánico de la formación política. Las fuentes consultadas recordaron que no es la primera vez que se realiza esta crítica.