Los principales candidatos a la Presidencia del Gobierno en las elecciones generales, Pablo Casado (PP), Pedro Sánchez (PSOE), Albert Rivera (Cs) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos), en el Estudio 1 en Prado del Rey. | JuanJo Martín

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El líder del PP, Pablo Casado, y el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, han coincidido este lunes en atacar duramente al jefe del Ejecutivo por sus pactos con los independentistas, se han mostrado convencidos de que volverá a acordar con ellos si gana las elecciones y le han echado en cara que no conteste si indultará a los presos "golpistas" que están siendo juzgados por el Tribunal Supremo.

Sin embargo, Sánchez ha calificado de "mentiras" y "falsedades" las afirmaciones de la "derecha" y, en el caso concreto de los indultos, ha pedido respetar la "separación de poderes y el trabajo de la Justicia", máxime cuando "no hay precedente" de un presidente del Gobierno que haya dicho antes de una sentencia firme qué es lo que va a hacer. Es más, ha dicho que no puede haber un "indulto preventivo ni la negación preventiva del indulto".

RIVERA: "PEDRALBES Y LAS 21 CONDICIONES DE LA VERGÜENZA"

Rivera --que ha exhibido la foto de Sánchez con Quim Torra en la Cumbre de Pedralbes, así como titulares de periódico de Arnaldo Otegi--, ha criticado que el presidente del Gobierno sea "capaz de sentarse con el señor Torra" y hacerse "la foto de 21 condiciones de la vergüenza", incluido un mediador.

A su entender, Sánchez ha llegado al poder "con los separatistas" y quiere seguir en el poder con ellos, pero Cs no quiere un presidente que se "arrodille" ante los que quieren romper España. Por eso, ha resaltado que si gana las elecciones recuperará la "libertad" para que no vuelvan a suceder acosos como el que sufrió Cs en la localidad guipúzcoana de Rentería.

"No queremos una nación de naciones con privilegios y desequilibrios como dice Sánchez", ha proclamado, para preguntar al presidente del Gobierno cuántas naciones ve en España. Tras afirmar que Sánchez quiere "indultos a cambio de escaños", el líder de Cs ha resaltado que es una "emergencia nacional" enviar al Gobierno del PSOE a la oposición y "devolver la dignidad" a los españoles.

CASADO: SANCHEZ CANDIDATO FAVORITO DE LOS INDEPENDENTISTAS

En su turno, el líder del PP ha afirmado que España "está en riesgo por culpa del Gobierno de Sánchez" y, de hecho, ha señalado que los partidos independentistas que quieren romper España apuestan por el candidato socialista como, a su juicio, evidencian las últimas declaraciones de Oriol Junqueras (ERC) y Jordi Sànchez (JxCAT).

Igual que Rivera, Pablo Casado ha afirmado que ya vieron a Sánchez "negociando en Pedralbes" --en alusión al encuentro el pasado 21 de diciembre con Torra-- medidas "absolutamente humillantes para España" con "mediación internacional". En este punto, ha anunciado que si gana modificará la ley de indultos para prohibirlos para condenados por rebelión y sedición, y tipificará la convocatoria ilegal de referéndum, entre otras medidas.

Según Casado, Sánchez está "mintiendo" porque ha convocado elecciones por haberle "pillado negociando en Pedralbes", una reunión que ha calificado como "el colmo de la humillación". "Todo mentira", le ha interrumpido el candidato socialista.

En cuando a los indultos, el presidente del PP ha señalado que "ya" los ha pactado "y por eso no dice si va a indultar o no a los presos independentistas". "Usted, sinceramente, no da la talla como presidente del Gobierno", le ha espetado.

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SÁNCHEZ: "LA INDEPENDENCIA NO SE VA A PRODUCIR"

Por su parte, Sánchez ha abierto su intervención reclamando a Cs y PP, los "señores de la derecha", que no "despisten" porque la moción de censura contra Mariano Rajoy que promovió el PSOE "fue por la corrupción del Partido Popular, no por otra cosa".

Además, el presidente del Gobierno ha afirmado que tanto el independentismo como "las derechas" saben que la independencia de Cataluña "no se va a producir" y ha añadido que el problema en esta comunidad "no es la independencia sino la convivencia". A su entender, ante ese problema lo que hay que hacer es "dialogar" dentro de la Constitución.

Sánchez ha tachado de "falsedades" y "mentiras" los argumentos de PP y Cs. "Llevan diez meses mintiendo las dos derechas", ha proclamado, para añadir que hay que "respetar la separación de poderes", el "trabajo de la Justicia y del Tribunal Supremo".

De hecho, ha asegurado que "no hay precedente de un presidente del Gobierno que haya dicho antes de una sentencia en firme "qué es lo que va a hacer" y ha subrayado que el propio Felipe González ha dicho que no puede haber indultos antes de que haya sentencia en firme.

"No puede haber un indulto preventivo ni la negación preventiva del indulto", ha exclamado Sánchez. También ha afirmado que "la derecha lo que hace es jugar y hacer trampas con las palabras" y ha preguntado al presidente del PP de "qué color tiene manchadas las manos", después de asegurar en Barcelona hace dos semanas que Sánchez prefiere las "manos manchadas de sangre a las manos manchadas de blanco".

Ante esas manifestaciones, Casado le ha recriminado que no haya contestado si va a indultar o no a los "golpistas". "Sigue sin contestar", ha enfatizado, para añadir que eso quiere decir, a su juicio, que los va a indultar y va a "revalidar ese Gobierno Frankenstein" con "independentistas, batasunos y comunistas".

IGLESIAS: DIÁLOGO Y MENOS GRITOS

Por su parte, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha señalado que España es "plurinacional" y ha advertido que la convivencia en Cataluña no se puede recuperar "con agresividad". A su entender, "hace falta un poco de diálogo y empatía" y menos "gritos" y "insultos", "sobreactuaciones" y expresiones "muy fuertes" como traición.

De hecho, ha dicho que para él traición a España es que haya expresidentes del Gobierno que acaban en consejos de administración de grandes empresas, privatizar empresas públicas o los casos de corrupción.

Iglesias ha afeado a Pablo Casado que solo se acuerde de la Constitución para hablar de la aplicación del artículo 155 en Cataluña y ha pedido no utilizar la Carta Magna como "un ladrillo que arrojar al rival político". "Tenemos un problema de convivencia y para resolverlo, deberíamos dejar determinado lenguaje y asumir que tenemos que dialogar con todo el mundo", ha afirmado.