El presidente del PP, Pablo Casado. | Andreu Dalmau

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El líder del PP, Pablo Casado, ha acusado este lunes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de preferir «las manos manchadas de sangre que las manos pintadas de blanco», en referencia al apoyo que considera que ha buscado de EH Bildu para aprobar los últimos decretos del Gobierno.

En el acto de presentación del programa electoral del partido en Barcelona, ha reprochado a Sánchez que ha cruzado la «línea roja» de la democracia occidental al intentar «blanquear» a golpistas y proetarras, porque no solo los necesita, sino que «los promueve y ampara» para normalizarlos. «Los enemigos de España, el golpismo y el terrorismo, son los aliados de Sánchez», ha afirmado.

Para Casado, Sánchez prefiere también «las manos pintadas de amarillo» de los independentistas que las «abiertas a todos los españoles» para perpetuarse en el poder y ha asegurado que es «un peligro público para España» y el presidente «más radical y más sectario» de la historia española.

«Está convalidando la violencia y la deslealtad como mérito político y requisito electoral», ha afirmado el líder del PP en una intervención en la que ha recuperado su tono más duro de hace unos meses para volver a acusar al presidente de una «gran traición a España» con la intención de mantenerse en el poder.

El programa presentado por Casado se estructura en 10 bloques, según el «contrato» con la ciudadanía ya presentado por el líder popular. Un texto con 500 medidas «para cambiar España» centradas en «crear empleo, garantizar las pensiones y defender la libertad».
Entre las medidas destaca que el PP exigirá para tomar posesión a los cargos electos, incluidos los parlamentarios, el acatamiento «correcto» de la Constitución, sin añadir a la fórmula habitual de «juro o prometo» ningún añadido a modo de «mítines, soflamas o ultrajes» que sirva para «humillar» la carta magna.

Una medida dirigida, entre otros, a los diputados independentistas catalanes, los de Podemos, o los «batasunos», según Casado, que suelen acatar la Constitución añadiendo a la fórmula «por imperativo legal».

El PP recoge las propuestas que ha ido presentando su líder por toda España en los últimos meses, como una moratoria para paralizar nuevas competencias a las comunidades y una «evaluación» sobre el funcionamiento del Estado autonómico.

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Incluso habilita que las comunidades que quieran devuelvan al Estado «el ejercicio de aquellas competencias que puedan ser administradas de manera más eficaz» desde el Gobierno central.

En este punto de fortalecimiento de la nación, uno de los ejes fundamentales del programa popular, el PP derogará la Ley de Memoria Histórica, al aprobar, tal y como ya había anunciado, una ley de Concordia que incluya a «todas las víctimas».

Además, reformará la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, para garantizar la «prevalencia» de la Policía Nacional y la Guardia Civil frente a los cuerpos autonómicos y locales.

Durante la presentación de este programa, el líder popular ha dirigido sus críticas también a Ciudadanos y Vox, al que ha reprochado que tras las elecciones «echará la culpa a que votantes no hayan concentrado votos» en donde cree que debían, pese a que la única alternativa es el PP.

Casado ha avisado de que, si los resultados lo permiten, Ciudadanos pactará con Pedro Sánchez «por mucho que jure y perjure que no lo va a hacer», por lo que a su juicio la única vía para conseguir un gobierno «de centroderecha» pasa por concentrar el voto en su candidatura.

«Lo que no unan los electores en torno al PP se quedará sin unir para satisfacción de Sánchez, Torra, Otegi y Puigdemont», ha incidido Casado, que ha recalcado que «el patriotismo no tiene que estar reñido con las matemáticas».

En este sentido, el líder de los populares ha cuestionado la negativa del candidato socialista a negociar un referéndum de autodeterminación, ya que «el único no es no de Sánchez es el no a debatir», que ha atribuido a «la cobardía del perdedor», de quien no se atreve a defender sus posturas.

Al principio del acto, Casado ha pedido disculpas al «casi centenar» de personas que se han quedado fuera del recinto, una sala de un hotel barcelonés, y ha justificado que en un día laborable como hoy no esperaba que se fueran a «desbordar» sus previsiones, lo que demuestra que el PP «está vivo».