Sánchez le ha marcado el ritmo a Armengol al adelantar las generales. | Efe

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Vienen unas elecciones generales en el peor momento para las autonómicas: cuatro semanas antes. La batalla de Madrid va a determinar el resultado del Consolat como en ninguna otra ocasión. El electorado balear ha demostrado en repetidas ocasiones que sabe distinguir perfectamente la entidad y características diferenciadas de cada cita electoral.

Importantes segmentos sociales cambian su voto o se quedan en casa dependiendo de cada coyuntura. Ese es el lujo de las sociedades libres y no sujetas al clientelismo. Pero en esta ocasión las dos citas llegan demasiado pegadas, por lo que la clave ‘españolista’ va a influir mucho en las autonómicas.

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El PSIB de Francina Armengol pone buena cara. En el Consolat creen que superarán con creces los magros resultados del las generales de 2016, cuando fueron tercera fuerza, detrás de PP y Podemos. Curiosamente, Armengol no tuvo ningún problema para ser la primera líder de la izquierda en las autonómicas del 15. Luego tuvo que soportar un fuerte revés. Pero esta vez todo está demasiado junto y revuelto. No hay tiempo para que parte del electorado cambie su voto.

Todo apunta a un bajón de Podemos, después de haber sesteado sus representantes durante años en el Congreso, Senado, Cort y en el Parlament Balear. El Consell es la única y digna excepción. Armengol puede ser la beneficiaria. Mientras, a Més no le conviene el calendario. Siempre ha obtenido magros resultados en las generales. Y no quiere ni oÍr hablar de dar apoyo a una lista de independientes juntamente con el PI para el Congreso. Miquel Ensenyat, siempre imaginativo y voluntarioso, tendrá que redoblar esfuerzos, porque la oleada ‘españolista’ puede repetirse cuatro semanas después en la cita autonómica.

En el campo de las derechas todo son dudas. Vox podría obtener un escaño al Congreso a costa del PP y Ciudadanos por el empuje de esta formación a nivel estatal. Este ritmo de ascenso se mantendrá el 26-M. La derecha palmesana se está enamorando del general Coll, y de ello puede beneficiarse Jorge Campos en el Parlament. La gran incógnita es el PP de Biel Company. Es probable que continúe siendo la primera fuerza, aunque con el PSIB pisándole los talones por el trasvase de votos conservadores a Vox. El 28-A presentará un panorama balear dividido que se reproducirá el 26-M, con el voto ‘españolista’ muy movilizado.