El candidato del PP, Pablo Casado. | Eduardo Parra - Europa Press

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El candidato del PP en las elecciones generales del 10 de noviembre, Pablo Casado, se ha comprometido este jueves a estar una vez por semana en Cataluña con alguno de sus ministros si llega a ser presidente del Gobierno. Esta una de las actuaciones que se incluye dentro del «Plan España para Cataluña» que propone para «recuperar la concordia» en la comunidad.

En su intervención en el Foro ABC-Deloitte, Casado ha asegurado que se trata de «volver a construir afectos» en una tierra «cosmopolita y moderna que se ha visto arruinada» por el independentismo, en la línea del libro blanco que está elaborando el PP para Cataluña.

Así, ha advertido que es necesario un Gobierno al que «no le tiemblen las piernas» ante el desafío independentista y ha cuestionado «qué es esto de que el presidente salga de un hospital de Barcelona con sus escoltas con arma larga y la ventanilla bajada», en referencia a la última visita de Pedro Sánchez a Cataluña.

«No estamos en la época de Medellín en la que los políticos teníamos que ir armados ni en la época mexicana en la que campaban los violentos a sus anchas, estamos en una revuelta de una minoría radical que hay que poner en su sitio, sin ambages, sin apaciguamiento ni debilidades», ha afirmado.

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Casado también ha planteado una reforma de la Ley de Universidades para «evitar» casos como los vividos los últimos días en Cataluña con las huelgas universitarias, con medidas para defender la libertad de cátedra y que los rectores sean «menos equidistantes y se pongan del lado de los alumnos».

Durante su intervención, Casado también se ha pronunciado sobre las últimas propuestas presentadas por Sánchez, como el decreto de seguridad digital para frenar el independentismo, al considerar que el presidente «debería de estar más pendiente de la violencia actual en las calles» que lo que pueda suceder «dentro de unos meses o unos años».

Además, ha lanzado duras críticas sobre el programa electoral socialista y su apuesta por el plurinacionalismo, ya que considera que alguien que «no cree» en la nación española pueda ser presidente.

Para Casado, con este discurso Sánchez «no puede estar al frente» de España, una nación de cinco siglos de historia que necesita medidas «urgentes e inaplazables» para no ser «reducida a un pie de página en la historia negra del independentismo ni del apaciguamiento de los que usan el independentismo».