El presidente y candidato del Partido Popular, Pablo Casado. | Europa Press

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El candidato del PP en las elecciones generales del próximo 10 de noviembre, Pablo Casado, es considerado por muchos como el guardián de las esencias del Partido Popular. Casado ha crecido políticamente bajo las alas de José María Aznar y Esperanza Aguirre, aunque fue Mariano Rajoy el que le dio mayor protagonismo al convertirlo en vicesecretario de Comunicación del partido.

Si en la campaña electoral de las elecciones del 28 de abril Casado recuperó para el partido a Aznar, que estaba con un pie más fuera del partido que dentro. Para la campaña del 10N, el candidato del PP apuesta más por acercarse a Rajoy. Algunos señalan que incluso se ha dejado barba para parecerse al gallego; otros consideran que pretende parecer más mayor y dar imagen de hombre de Estado.

Casado nació en Palencia en 1981, es licenciado en derecho. Mientras trabajaba completó su formación y logró el grado de Administración y Dirección de Empresas, así como varios posgrados. No obstante, el más conocido de todos fue el Máster en Derecho Autonómico y Local, por el que llegó a reconocer que no había ido a clase. El Tribunal Supremo decidió no investigar al líder del PP por los delitos de prevaricación y cohecho y sólo mantuvo imputada a la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes.

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Se afilió al PP en 2003,​ cuando aún era un estudiante, pero se implicó tanto en el partido que fue presidente de su organización juvenil (NNGG) en la Comunidad de Madrid entre 2005 y 2013. En 2017 fue elegido diputado en la Asamblea de Madrid y en 2009 renunció, cuando pasó a ser director de gabinete del expresidente del Gobierno José María Aznar.

En 2011 dio el salto a la política nacional, ya que fue elegido diputado por Ávila, escaño que renovó en las elecciones de 2015 y 2016. En 2015 Rajoy confió en Casado para mejorar la imagen del partido, darle un aire más moderado y joven, con la finalidad de captar a nuevos votantes. Lo nombró portavoz del comité de campaña para las elecciones municipales y autonómicas celebradas ese mismo año y vicesecretario general de comunicación por el presidente nacional.

Casado ha demostrado que es un hombre de partido y no ha dudado en dar la cara por él cuando el PP sufrió sus peores momentos por los casos de corrupción. Además, pese a que el 'marianismo' apostó por él, supo mantener las simpatías en el 'aznarismo'.

Cuando Rajoy decidió abandonar la presidencia del PP tras la moción de censura que ganó el socialista Pedro Sánchez, Casado salió al 'rescate' del partido cuando el gallego Alberto Núñez Feijoo -considerado el sustituto natural- decidió no hacerlo.

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Los aznaristas vieron la posibilidad de volver al que habían dejado de considerar su partido y personas tan destacadas como Aznar o Aguirre no ocultaron sus preferencias por Casado, frente a las otras dos candidatas: María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría.

Además de como el guardián de las esencias del PP, muchos veían a Casado como la opción intermedia entre ambas que permitía no romper el partido. Finalmente, los militantes se decantaron mayoritariamente por Santamaría Casado. Como era de esperar, Cospedal dio su apoyo al primero. Finalmente, Casado ganó el Congreso del PP y pasó a ser presidente del partido con el 57 %​ de los votos de los compromisarios.

Con muy poco tiempo, solo nueve meses al frente del PP, Casado tuvo que presentarse a unas elecciones generales el pasado 28 de abril; seguidas de unas municipales, autonómicas y europeas, el 26 de mayo.

El nuevo líder del PP llegó agotado a su cita con las urnas y se notó en la campaña, donde cometió errores garrafales, como decir que no bajaría el salario mínimo -aunque inmediatamente lo negó- o abrir la puerta a la entrada de Vox en un futuro Gobierno.

Los vientos soplaban totalmente en contra para el PP, que vio como parte de su electorado se decantaba por Vox o Ciudadanos. De este modo, el pasado 28 de abril los populares sufrieron una auténtica debacle y lograron solo 66 diputados, 71 menos que en los comicios celebrados en 2016.

Sin embargo, Casado pudo tomar aire con las elecciones autonómicas y municipales, que pese a depararle manos resultados, gracias a los pactos con Vox y Ciudadanos pudo mantener el gobierno de la Comunidad de Madrid y recuperar el Ayuntamiento de la Capital.

Ahora, el líder del PP tiene ante sí una nueva oportunidad. Todo apunta a que el efecto de Vox se ha desinflado y muchos votantes volverán al PP. Las encuestas señalan que es el partido más beneficiado por la repetición electoral.