Los electores votaron el 28A y vuelven a estar convocados para el 10N.

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Los españoles vuelven a tener una cita con las urnas el próximo 10 de noviembre, la segunda convocatoria de generales en un año. El hastío cunde entre los electores y la abstención es uno de los peligros que sobrevuelan sobre las elecciones. Muchos se preguntan si ha cambiado algo en solo seis meses y medio.

Aunque pueda parecer que no hay cambios muy significativos, lo cierto es que sí los hay. Las diez más destacadas son las siguientes.

1. Uno de los más importantes es la aparición de una nueva fuerza política, Más País, que equipara el número de partidos del bloque de la izquierda con el de la derecha: tres en cada uno.

Aún está por ver las consecuencias que la nueva fuerza política, liderada por Íñigo Errejón, tendrá en el tablero político. Algunos apuntan a que puede dividir aún más al bloque de la izquierda, ya que le quitaría votos, especialmente a Podemos, pero también al PSOE. Otros consideran que el partido de Errejón puede captar el voto de los nuevos votantes y de los abstencionistas, una de las amenazas de la izquierda.

2. En Baleares también hay novedades de calado, ya que concurren menos fuerzas políticas y hay algunos cambios de candidatos. Por una parte, el PI ha decidido no presentarse a las elecciones generales por una cuestión económica; tampoco lo hará Actúa, que en Baleares se plantea su continuidad.

Aunque finalmente optaron por presentarse a las elecciones del 10N, Més y Esquerra lo hacen con otro nombre. Si en abril se decantaron por Veus Progressistes, ahora lo hacen por Més Esquerra. Además, Ara Eivissa les apoya desde fuera pero no se ha integrado en la coalición.

Por otra, Vox ha cambiado de número 1 al Congreso de los Diputados por Baleares y Antonio Salvá sustituirá a Malena Contestí; el resto de números uno repiten.

3. Otra de las diferencias es que la campaña electoral ha reducido el número de días de 15 a 8. Además, Los principales partidos, salvo el PNV, han acordado reducir la publicidad electoral del 10N y no colocarán banderolas en los espacios gratuitos que ceden los los ayuntamientos, ni contratarán publicidad exterior o espacios comerciales para carteles y otra propaganda.

4. Los programas electorales también tendrán menos protagonismo en esta ocasión, ya que no se esperan grandes novedades y se prevé que las propuestas que presenten los diferentes partidos políticos sean muy similares a las que llevaron el 28A. Ahora los mayores protagonistas serán los líderes políticos, que intentarán hacer todo lo posible para captar el voto de los electores.

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5. La movilización también será mucho menor. El hastío que sienten los ciudadanos provocará que este periodo electoral tenga menos interés, así como que muchos no vayan a votar el 10 de noviembre. La abstención es una de las mayores amenazas que se ciernen sobre el 10N.

6. El efecto que tuvo Vox en los pasados comicios también se ve muy descafeinado para los próximos, ya que hace seis meses y medio se vio en las urnas que su fuerza no era tanta como algunos deseaban y otros temían. Algunos de sus votantes se han vistos desencantados al ver que quedan muy lejos del PP y otro por los problemas internos que ha tenido la formación, como el protagonizado por Contestí. Esto hará que la izquierda no pueda recurrir al miedo a la extrema derecha para captar a los votantes de centro.

7. Otra de las consecuencias de la investidura fallida de Pedro Sánchez es que, a diferencia de lo que ocurría en abril, no puede darse por hecho un acuerdo entre PSOE y Podemos. Las malas relaciones entre el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y Pablo Iglesias, han puesto de manifiesto que el entendimiento entre ambos es difícil. Sin embargo, en política todo puede cambiar.

Todo apunta a que Ciudadanos también va a redefinir su estrategia y no va a ser tan radical con el no a Sánchez. Las encuestas ponen de manifiesto que la estrategia de Albert Rivera no ha sido del agrado de muchos votantes.

El PP también está cambiando su estrategia y apuesta por dar la imagen de partido de Estado y de Gobierno. Si Pablo Casado recurrió a José María Aznar para el 28A, todo apunta a que para el 10N tirará más de Mariano Rajoy, fruto de su estrategia de dar una imagen más centrada y moderada.

8. El miedo a que continúe el bloqueo político está sobre la mesa. Muchos temen que el resultado sea muy similar al del 28A y se repita la imposibilidad de formar gobierno. Esta presión no estaba sobre la mesa en abril y ahora los líderes políticos lo repetirán hasta la saciedad en campaña para lograr el mayor número de votos.

9. La amenaza de una nueva crisis o recesión económica también marcará el tono de la campaña. Si en abril la situación económica era positiva, ahora aparecen nubarrones en el horizonte. Por una parte, deslucen la gestión del gobierno socialista y, por otra, hacen que las propuestas de los partidos no puedan ser muy ambiciosas porque no habrá dinero para ejecutarlas. La inestabilidad política no ha permitido llevar a cabo las reformas necesarias para garantizar el crecimiento económico.

En Europa, España ha pasado de ser vista como un país con estabilidad política a ser una preocupación. Si antes el problema era Italia, ahora lo es España.

10. Cataluña también tendrá más protagonismo en estos comicios. Si en abril el PSOE pretendía pasar de puntillas sobre este asunto, ahora quiere dejar bien claro que es un partido que defiende la unidad de España con la finalidad de no perder votos en el resto de Comunidades. Además, la sentencia del Procés y la posible aplicación del artículo 155 de la Constitución también marcarán este periodo electoral.