Uno de los factores que ha influido, sino el que más, es que la Semana Santa en el presente ejercicio ha caído a mediados del mes de abril y el año pasado se celebró en marzo. En este sentido, esto ha tenido repercusión en la afluencia turística en Eivissa y Formentera y, sin embargo, no se ha notado en Mallorca y Menorca. Así, en la mayor de las Balears entre enero y marzo han llegado 1.112.973 de turistas, un 4,38% más que en 2024, mientras que en Menorca el aumento ha sido del 34,05% para un total de 65.149 turistas en el primer trimestre del año. En cuanto a las nacionalidades, más del 71% de los visitantes fueron nacionales con un descenso del 12,21% respecto al año pasado y registrándose, por tanto, un total de 41.628 turistas españoles. El turismo internacional, por contra, experimenta una caída aún mayor, en concreto, del 30,38%.
EL GASTO. La encuesta de gasto turístico que también elabora el Gobierno pone de manifiesto que los turistas que han visitado Eivissa y Formentera en los primeros tres meses del año gastaron un total de 93 millones de euros, lo que representa una caída del 24,64% respecto al ejercicio de 2024. Si se pone el foco sólo en el mes de marzo, el gasto turístico fue de 48,5 millones, lo que representa una caída del 26,4%.
¿Son estos datos preocupantes para el sector turístico pitiuso? «El primer trimestre siempre debe ser tomado con precaución, pues por naturaleza es bastante irregular y sería excesivo pensar que marca tendencia», explica José Antonio Roselló, vicepresidente de CAEB en las Pitiüses. «En el caso de Eivissa, y con los datos aportados por el Ibestat, ya el 2024 se produjo una diferenciación en la evolución del turismo en Eivissa-Formentera en relación con Mallorca y Menorca. Recordemos que el año pasado, el turismo internacional cayó un 1,01% en las Pitiüses, mientas que aumentó un 6,15% en el total de Balears, donde Mallorca y Menorca aumentaron un 7,87% y un 7,44% respectivamente. Hay que esperar a tener datos con una perspectiva temporal mayor, pero así de primeras, parece que se mantiene una tendencia iniciada el pasado año», precisa Roselló. En esta misma línea se expresa María Costa, presidenta de la patronal hotelera pitiusa, quien destaca que los datos del primer trimestre han ido a la baja por el ‘factor Semana Santa’. «Era de esperar que el dato acumulado de enero, febrero y marzo de este año fuera menor que el año pasado. Para realizar una buena estimación deberíamos hacer una comparación cuatrimestral donde se incluyera esa Semana Santa», explica Costa, quien insiste en que «es un trimestre muy poco significativo en relación con todo el movimiento turístico en Eivissa y Formentera; estamos hablando de una variación en cantidades de turistas muy pequeña».
«De momento, no hay sensación de preocupación. En el sector de alojamiento, por ejemplo, no hay sensación de preocupación, ya que la perspectiva es la de mantener una situación similar a la del año anterior», afirma Roselló, quien reconoce que «donde podía haber más movimiento sería en la oferta complementaria, pero sobre todo por trasvases intersectoriales de actividad, aunque esto sugiere una dinámica completa y está por ver», argumenta. Sobre si, a la vista del descenso de los datos, las Pitiüses se alejan de la desestacionalización, el vicepresidente de la CAEB tiene claro que no, pues la batalla por la desestacionalización en las Pitiüses «es de largo recorrido; seguramente tendrá idas y venidas, pues es un proceso difícil por diversos factores y, además, no es conveniente compararse en este sentido, sobre todo con Mallorca, donde por razones históricas y estructurales siempre va un paso por delante en esta materia». Por su parte, la presidenta de la patronal Fehif resalta que «la imagen de Eivissa y Formentera es que ofrecen una oferta turística muy diversa y diferente, por lo que es ideal para todo tipo de turismo, desde el familiar hasta el deportivo o el de ocio. Podemos presumir de contar con una planta hotelera puntera y que se actualiza constantemente para ofrecer la mejor calidad de alojamiento y que cada vez está más orientada y especializada en esta diversidad turística».
SORPRESA. Uno de los datos que más ha llamado la atención de la encuesta de flujos turísticos del primer trimestre es la caída total de turistas de los tres primeros meses del año fue de 31.019 personas, «al desglosar esta cifra se constata que el Ibestat identifica que 24.872 de ellos se corresponde con lo que ellos, los estadísticos, llaman ‘otro alojamiento turístico de no mercado’. Es decir, todo aquello que no se aloja ni en la oferta reglada ni en segundas residencias», según recuerda el vicepresidente de la CAEB en las Pitiüses. Habitualmente, este alojamiento es el que se corresponde con la oferta ilegal. «Por tanto, dentro de la reducción del turismo, nada menos que un 80,18% se explicaría por la caída del alojamiento en la oferta ilegal». Es un dato, según explica Roselló, «trascendental, que sugiere que la lucha implacable del Consell d’Eivissa, competente para perseguir este tipo de alojamiento, así como los acuerdos del mismo Consell con las plataformas, ya sea Airbnb o Booking, estarían dando sus frutos».
Esta misma idea es compartida por la presidenta de los hoteleros, quien señala que «es una buena noticia, ya que refleja la elección de establecimientos reglados por parte de los turistas y es resultado, entre otros, de la lucha contundente que se está realizando contra el alojamiento ilegal en las Pitiüses, ya que hay menos alojamientos ilegales disponibles». Sin embargo, no hay que «ser excesivamente optimistas. Tal vez se ha ganado una batalla, pero todavía no la guerra. Hay que perseverar en la aplicación de los acuerdos con las plataformas, que al menos en las Pitiüses se está demostrando que frente a la confrontación, la cooperación es una vía mucho más eficaz», asegura Roselló. En cuanto a las previsiones sobre la presente temporada turística, las patronales CAEB y Fehif coinciden en afirmar que la sensación generalizada es que será una temporada similar a la del año pasado, «siempre que las convulsiones en Europa y en el mundo no se agudicen» en referencia a los conflictos bélicos activos, así como la política arancelaria de Trump y la situación estructural de Europa y Reino Unido. «Debemos estar vigilantes», sentencia Roselló.