Solo dos días después del fatídico «Día de la Liberación» anunciado a bombo y platillo por Donald Trump analizamos en esta misma sección qué podría pasar. Realmente es difícil equivocarse de la tendencia que cogerían las bolsas a largo plazo, no tan fácil acercar cuándo se girarían y hasta dónde a corto. Tras hundir las bolsas, los bonos, el dólar (esto sí que estaba en sus planes), la confianza del consumidor y sus índices de popularidad, Trump empezó a suavizar.
¿Qué argumentos utilicé en ese número? No hablaba tanto de la motivación económica de Trump por compensar la diferencia entre lo que compran del extranjero y lo que venden hacia fuera los Estados Unidos (‘déficit comercial’). De hecho, es cierto que lo llevan arrastrando desde hace muchos años y tiene cierta lógica luchar contra él.
Independientemente de ideas político-económicas que pueden criticar el intervencionismo y el aumento fiscal tan bestia (no olvidemos que esos aranceles los paga la empresa o el consumidor norteamericano, no la empresa que les vende) sí son muy criticables los plazos, las formas y hasta los cálculos utilizados para cobrar tarifas a un país o a otro.
Y por eso decía que no tenía mucho sentido y lo argumentaba: entre otras cosas, en plena carrera por la IA no podía hundir a estas empresas con las que pretende ponerse en cabeza (China parece ir más adelantada).
Especialmente sabiendo que tiene colaboradores que perdieron mucho patrimonio (no dinero, porque no vendieron). Aquí seguro que a muchos les viene a la cabeza Elon Musk, pero hay otros. En este sentido es importante recordar el billonario proyecto Stargate con OpenAI u Oracle y otros que se añadirán.
En otro aspecto, y también lo comentaba el mes pasado, su baja popularidad entre la población a poco más de año y medio para las elecciones legislativas puede haber sido un revulsivo para este cambio de discurso. O no, porque muchos analistas ya lo anticipaban: se trataba de un punto de salida para negociar y conseguir ciertos avances. Y eso es exactamente lo que está pasando: acuerdo comercial con Reino Unido en el que ha conseguido eliminar barreras a productos agrícolas y negociaciones sobre la mal llamada «Tasa Google». También parece que están sentando las bases con China, principal foco de problemas en esta «Guerra Comercial».
Aquí no está todo dicho, de hecho el cruce de comunicados da mucho juego y hay que saberlos interpretar, porque al contrario de lo que se decía el domingo (en el propio comunicado americano) todavía queda mucho trabajo por hacer. Con todo ello, ahora estamos en una tregua, ¿será duradera? Eso nadie lo sabe, pero el mercado ha reaccionado con euforia.
Ahora toca valorar si el mercado ha pasado de demasiado pesimista a demasiado optimista. Desde luego, quien conozca y entienda las bolsas sabe que esto en unos años se verá como un bache o crisis más ante unos mercados alcistas a largo plazo, pero jugar bien las cartas en momentos así puede dar ventajas mientras que jugarlas mal puede provocar pérdidas irrecuperables (y no solo por culpa de Trump ni de las bolsas).