El renacer de Sant Patrici, un icono de Menorca

El hotel rural ha vuelto a abrir sus puertas esta primavera después de una profunda renovación y aspira a convertirse en un espacio para eventos exclusivos y experiencias sobre el queso y el vino

El imponente edificio de Sant Patrici en Ferreries recuerda a las propiedades rurales construidas por Andrea Palladio a finales del siglo XIX en Italia | Foto: Maria Missaglia

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Ubicado al norte del municipio de Ferreries, Sant Patrici es uno de los hoteles rurales icónicos de Menorca cuyo privilegiado entorno rodeado de frondosos jardines y extensos viñedos, ha reabierto sus puertas esta temporada con una nueva propuesta y una nueva dirección. Tras una profunda renovación de sus ocho habitaciones y de los espacios comunes, también ha renacido su bodega y su quesería como elementos indispensables de este bucólico establecimiento que aspira a posicionarse como un lugar ideal para celebrar exclusivos eventos, e invita a la desconexión y a descubrir la autentica esencia menorquina.

PROPUESTA. Sin duda hablar de Sant Patrici es hacer referencia a uno de los agroturismos decanos de Menorca, cuyo imponente edificio recuerda a las propiedades rurales construidas por Andrea Palladio a finales del siglo XIX en Italia. Construido en 1918 por Fernando Vives Escudero, propietario de La Mahonesa, se instaló con su amante Xini, una mujer excéntrica y elegante que acabó heredando la finca en 1941, tras una vida rica y festiva en Sant Patrici. La propiedad estuvo algunas décadas abandonada hasta que la familia Casals la adquirió en los años setenta y la transformó en una explotación agrícola ganadera.

Primero empezaron produciendo queso y en 2005 el proyecto de elaborar vino vio la luz tras haber plantado las primeras cepas. En 2008 este espectacular predio de nueve hectáreas se convirtió también en un establecimiento turístico para complementar la actividad agrícola que desarrollaba como quesería y bodega. Un proyecto que ahora ha pasado a manos de capital francés y que arranca una nueva etapa con el objetivo de volver a recuperar su esplendor.

Entre sus primeros objetivos está el poder ofrecer sus más de quince mil metros cuadrados de espacios abiertos y ajardinados al mundo de los eventos, tanto para particulares como para empresas. «Trabajamos con la idea de posicionarnos en el segmento de la exclusividad con el alquiler completo de la finca y del hotel, ya que nuestro establecimiento, tiene todo el potencial para poder dar este plus a quien lo esté buscando», explica Natalia Acacio, directora de eventos que ha trabajado como wedding planner y conoce muy bien el mercado insular. «Estamos ya centrados en el calendario de 2026, aunque este verano ya vamos a acoger un par de bodas», añade. Precisamente este mismo fin de semana, han organizado una presentación para profesionales del sector de las bodas, los eventos y caterings para dar a conocer la nueva propuesta.

VISITAS. La nueva propuesta del renovado Sant Patrici quiere ser, también, un viaje hacia los orígenes y por ello desde hace un año, han reanudado la producción de queso con 2.500 piezas anuales que salen desde su quesería y que se incrementarán. El sello de Sant Patrici es muy reconocido y apreciado en Menorca y Balears, especialmente por su queso fresco y tierno, pero también en el semi y curado. El objetivo pasa ahora por la diferenciación con los nuevos productos y por ello van a producir distintos quesos que estarán condimentados con especias como el romero o el comino, además, de sabores ahumados. «Nuestro propósito es poder situar estos productos delicatessen en las tiendas gourmet para dar un valor añadido a nuestra marca», explica la directora de Sant Patrici, Sandra Walczuk.

En este sentido, han estado participando en ferias sectoriales tanto en Mallorca como en Menorca para dar conocer sus productos. También esta temporada han activado de nuevo las visitas guiadas a su quesería de lunes a viernes con la posibilidad de hacer degustaciones. En breve, también, estrenarán una propuesta innovadora de experiencias que quieren combinar el paseo por la finca con degustaciones y música en directo. «Será una propuesta vespertina de miércoles a viernes con un tono más lúdico y pensadas para el after beach, donde disfrutar del paisaje, relajarse y aprovechar la puesta de sol», añade su directora.

BODEGA. Bajo el asesoramiento de Mercè Avellán como enóloga, la bodega de Sant Patrici también se ha vuelto a poner en marcha con la idea de regresar a la producción de vino que, en su momento, también había cosechado reconocimientos internacionales. En este sentido, tienen previsto plantar nuevas variedades como la malvasía aromática o la garnacha blanca, que se ha incorporado recientemente a la Indicación Geográfica Protegida de Vi de la Terra Illa de Menorca. El propósito es poder lanzar al mercado una nueva línea de vinos blancos y tintos de calidad. Aunque, de momento, ya tienen un rosado embotellado al que han llamado Es Moll, que está elaborado con syrah, merlot y cabernet sauvignon y del que se han producido tan solo mil botellas. «Es una producción muy limitada y como que únicamente se podrán degustar y adquirir aquí, queremos atraer al público visitante para que venga hasta nuestro establecimiento y pueda pasear por los jardines y beba una copa de vino en un lugar con encanto», comenta Natalia Acacio.

ALOJAMIENTO. Como si fuera un pequeño palacio, el hotel sigue manteniendo las exclusivas ocho habitaciones que están ubicada en el edificio principal y que se han renovado por completo a nivel de interiorismo, así como los salones y espacios comunes. Han hecho una apuesta por los materiales y telas de gran calidad. La zona común del palacete comprende el salón, con diferentes ambientes y acceso al jardín, en el que se encuentra el solárium y la piscina.

El establecimiento ya no dispone de un restaurante abierto al público y por ello, los huéspedes que se alojan disponen de un servicio de alojamiento y desayuno, ya que en esta nueva etapa se quiere apostar por experiencias gastronómicas exclusivas a medida que se preparan bajo demanda con la idea de trabajar más en la línea de chef privado. El establecimiento da trabajo a diez personas entre la quesería, la bodega y la zona de hotel. Sant Patrici abrió sus puertas esta primavera y tiene previsto estar abierto hasta octubre.