Angel’s Shop calza a Eivissa desde hace medio siglo
Los hermanos Ángel y Antonio Jiménez pusieron en marcha hace más de 50 años una tienda especializada en piel que poco a poco se convirtió en la zapatería de referencia en las Pitiüses
Antonio Jiménez fundó Angel’s Shop junto a su socio y hermano Ángel en 1973. | Foto: Toni P.
Ángel y Antonio Jiménez forman parte de aquellas familias andaluzas que dejaron su tierra a mediados del siglo pasado para buscar un porvenir en lugares donde el turismo empezaba a florecer. En su caso, buscaron refugio en Eivissa, donde su padre puso en marcha un negocio, la Frutería Canarias, en la que ambos estuvieron echando una mano de jóvenes.
Más tarde, sus caminos profesionales se separaron y Ángel probó fortuna como maestro, mientras que Antonio se dedicó a la banca. Hasta que llegó el día en el que su padre cerró la frutería y sus trayectorias volvieron a cruzarse. «Mi tío fue el impulsor de la zapatería. Él y mi padre, aunque discutieran mucho, formaban un equipo ideal y se amaban», comenta Jordi Jiménez, actual gerente de Angel’s Shop e hijo de Antonio. Sin embargo, Ángel y Antonio no empezaron vendiendo zapatos sino artículos de piel como bolsos, carteras o cazadoras en su establecimiento de la calle Manuel Sorà, en pleno barrio de la Marina, en 1973.
Poco tiempo después probaron con las botas de piel. «Y funcionó muy bien», destaca Jordi, quien recuerda que su tío era el encargado de comprar el material que se vendía en la tienda y viajaba a la Península «de fábrica en fábrica» para después enviar el género a Eivissa. «Mi padre se llevaba las manos a la cabeza al ver los modelos de botas que compraba mi tío y le echaba la bronca: ‘¿Pero cómo vamos a vender esto?’, le decía. Al cabo de un par de días le volvía a llamar pidiéndole que le enviara más modelos porque se los quitaban de las manos. Fue un ‘boom’», recuerda Jordi. Desde entonces, Angel’s Shop es la zapatería de referencia en Eivissa en cuanto a botas se refiere. Un artículo del que son grandes especialista con marcas como Sendra, de la que tienen la exclusividad de venta en la isla. Alpe o Vienty son otras de las marcas de zapatos que decoran las estanterías de las tres tiendas que Angel’s Shop tiene en la ciudad de Eivissa y que marcan tendencia tanto entre los residentes como entre los turistas. «Tenemos una oferta muy grande de calzado para mujer y hombre. En el tipo de bota cowboy siempre hemos dominado y somos los únicos que vendemos Sendra en Eivissa. Ojalá entrara más gente joven en nuestras tiendas», afirma Jordi Jiménez.
Ángel, que falleció en enero de 2015 a los 75 años, fue un emprendedor muy conocido en el mundo del calzado, ya que tanto él como su hermano Antonio nunca fallaban a las ferias del sector, sobre todo a las que se celebran en Madrid, Düsseldorf y Milán. «Mi padre y mi tío tenían dos estilos de vida muy diferentes. Mi tío era soltero y llevaba un estilo de vida más despreocupado, mientras que mi padre ha sido un currante toda la vida y siempre ha estado al pie del cañón. En sus últimos diez años de vida sí que es verdad que Ángel se implicó muchísimo en el negocio», recuerdan los hermanos Jordi y David Jiménez, hijos de un Antonio Jiménez que ahora se dedica a aconsejar a su hijo gerente y vigilar que todo funcione como toca. Sin embargo, Antonio no tan solo ha trabajado detrás del mostrador sino que también trabajó su creatividad. «Mi padre llegó a decorar botas. Él mismo compraba las pieles y piezas de metal y las decoraba. Tenían mucho éxito sus creaciones», apunta Jordi.
Antonio Jiménez junto a Jordi, actual gerente de Angel’s Shop, y sus otros dos hijos, Andrea y David, en la tienda de Vara de Rey.
Pese a que la primera tienda que abrió Angel’s Shop fue la de la calle Manuel Sorà, el buque insignia es la situada en pleno paseo de Vara de Rey y que abrió sus puertas en 1982. A excepción del mítico Restaurante Ca n’Alfredo, que abrió sus puertas en 1934, y del Hotel Montesol, que abrió en 1933, Angel’s Shop es el otro negocio ‘de toda la vida’ que sobrevive en esta céntrica plaza de Eivissa, el centro neurálgico de la ciudad que en los últimos años grandes firmas de ropa y de otros sectores han ido ocupando los locales de comercios de siempre que han ido cerrando. Mientras la tienda de Manuel Sorà y la de Vara de Rey están enfocadas hacia el visitante, a la de la calle Castilla, que antes era utilizada como almacén y se estrenó en 1988, es más visitada por los residentes. Una tienda que Jordi Jiménez espera poder reformar dentro de poco.
MERCADO. La llegada de la temporada turística supone un auténtico espaldarazo para Angel’s Shop. «En verano es cuando nos jugamos las habichuelas. En Eivissa los turistas se atreven a comprarse unas botas para lucirlas por la noche en Pacha. Nosotros vendemos más botas en verano que en invierno, cuando es un producto, en teoría, más invernal», destaca Jordi Jiménez.
Sin embargo, desde la crisis de 2008 la venta de calzado ha ido a menos. ¿Las razones? El gerente de Angel’s Shop lo tiene claro: «La venta online, la implantación de las franquicias y que la gente no tiene tanto dinero en el bolsillo para gastar». Tampoco ayuda que el equipaje de los turistas, que cada vez pasan menos días de vacaciones en la isla, sea también cada vez más pequeño. «No se compran todos los pares de zapatos que querrían porque no les caben en la maleta», explica Jordi Jiménez. Un hecho que quizás provoca que Angel’s Shop ofrezcan el servicio de entrega a domicilio.
Uno de los hándicaps que señala el gerente de Angel’s Shop y que comparten la mayoría de empresarios de la ciudad es la falta de aparcamiento en Vila. «Muchos clientes nos comentan que vendrían más si pudieran aparcar con mayor facilidad», señala Jordi Jiménez, «y no le veo solución». En Angel’s Shop siempre se han caracterizado por tener una gran cantidad de oferta además de por una excelente y cuidada atención al cliente. «También nos dicen que tenemos el género muy al alcance, y esto les gusta a los clientes», señala Jordi Jiménez. En este sentido, el gerente de este negocio de calzado alaba la labor que sus trabajadores llevan a cabo al frente de las zapaterías. Un personal que cuenta con la total confianza de Jordi Jiménez.
EMPRENDER. El gerente de Angel’s Shop explica que en muchas ocasiones su trabajo consiste en «apagar fuegos a diario» y que nota la llamada ‘soledad del empresario’. «Lo más difícil son la gestión de personal y las compras. Por suerte, tengo ayuda», destaca Jordi. Entre los miles de personas que cada año pasan por las tiendas de Angel’s Shop para renovar su calzado, una de las destacadas era la Duquesa de Alba, que era una clienta habitual, ya que pasada sus veranos en la isla. Tampoco han olvidado la visita del mítico cantante Julio Iglesias. «Se llevó ocho pares de mocasines, uno de cada color, y nos pidió una recomendación para ir a cenar», recuerda Jordi. La familia de Angel’s Shop asegura entender el cierre de cada vez más comercios emblemáticos en Eivissa que dan paso a grandes franquicias internacionales. «Seguramente viviríamos más tranquilos cerrando, pero somos responsables con las familias de nuestros trabajadores», apunta Jordi Jiménez.