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La era de la comunicación, un verdadero reto, la revolución digital, la Era 4.0 ó 5.0, inmersos en una nueva inteligencia artificial generativa que nos facilita la tarea o las múltiples tareas ¿Estamos comunicándonos o simplemente conectados? Las carencias comunicativas son evidentes y palpables. Nunca ha habido tanto sufrimiento y tanta soledad no deseada. Pueden ser múltiples las causas de estas barreras comunicativas. Empezando por los interlocutores en el acto comunicativo, donde emisor y receptor, ambos o alguno de ellos puede tener un déficit en las habilidades sociales. Una timidez excesiva. Falta de formación sobre cómo iniciar una conversación, mantenerla o simplemente terminarla. Falta de exposición hacia las interacciones sociales, con un aislamiento personal evidente.

Eso sí, puede ser que esté conectado en la red desde sus dispositivos, pero no presentes cara a cara unos con los otros. El cansancio, el estrés, burnout y la frustración por no haber conseguido unas expectativas, puede ser otra causa de esta falta de deseo de comunicarnos con los otros. Si estamos muy muy estresados preferimos el silencio. El miedo y la desconfianza hacia el otro u otros. Ello hace que nuestras conversaciones sean cada vez más superficiales, y nuestras autorrevelaciones (contar cosas sobre nosotros mismos) nunca aparezcan ¿De qué hablamos? Seguramente de nada interesante, pasamos el rato en conversaciones banales, lo que se denomina «chachara», como cuando subimos en el ascensor y hablamos del tiempo con nuestra vecina. Por otro lado, una de las causas de estas barreras comunicativas es la falta de observación hacia las necesidades del otro/a, donde nuestro tiempo es sagrado y nos lleva a prestar poca atención ante «algo preocupante para los demás» y que para nosotros puede resultar molesto. Convivir en entornos comunicativos digitales que conllevan sus pros y contras. Desde una mayor conexión en inmediatez y ruptura de distancia hasta una infoxicación con tanta información confusa, dependencia y soledad. Algunos elementos de la comunicación humana básica en las interacciones como la escucha, la sensibilidad, dar las gracias, solicitar ayuda, mantener el contacto ocular, conversar desde el «Yo», se han perdido. Una crisis de valores fundamentales en una sociedad de imagen y apariencia, donde brota la violencia y el sufrimiento es palpable, y donde el diálogo está ausente tanto entre las personas como entre los grupos y sociedades. Recobremos las cualidades profundas del ser humano que nos permitan dialogar desde la aceptación incondicional del otro, autenticidad, empatía, calidez y honestidad.