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Vivir en Balears ya no es sinónimo de tener calidad de vida, por mucho que algunos se esfuercen en decirlo. Para hacernos una idea de esta realidad, basta con analizar nuestro contexto más próximo, que en mi caso está en Palma. Y es que según un estudio del área de Benestar Social del Ajuntament de Palma que analiza el Salario de Referencia Local (SRL), con el que se establecen los ingresos que deben tener las personas para cubrir sus necesidades básicas y así tener una vida digna en función de los costes reales, pone de manifiesto que una familia formada por adultos y con dos hijos a cargo requiere 3.169,15 euros para vivir dignamente. Unos ingresos que muchas familias no pueden alcanzar y una utopía para aquellas familias que se encuentran en riesgo de pobreza o en exclusión, las cuales además deben hacer frente a alquileres desproporcionados y a la subida de precios al consumo.

Ante estas circunstancias, cabe recordar que de acuerdo con el Informe sobre el Estado de la Pobreza 2022, elaborado por EAPN-Illes Balears, el indicador AROPE, que incluye la tasa de pobreza, la tasa de privación material severa y la baja intensidad de trabajo en el hogar, se sitúa en el Archipiélago en un 22,4%, lo que en términos absolutos significa que más de 262.000 personas se encuentran en riesgo de pobreza o en exclusión. En este sentido, hay que destacar que nuestra comunidad se mantiene por debajo de la media nacional, pero en dos años la población AROPE se ha incrementado seis puntos porcentuales, lo que sumado a una importante reducción de la renta por unidad de consumo hace que la situación sea especialmente preocupante.

Respecto a la tasa de pobreza, ésta es del 17,6%. Ello se traduce en que el número de personas bajo el umbral de la pobreza (con ingresos inferiores al 60% de la renta media) es de 207.000. Sin embargo, si ponemos el foco en las personas que menos tienen, más del 9% de la población se encuentra en situación de pobreza severa, esto es, 108.000 personas en las Balears viven en hogares con ingresos inferiores al 40% de la mediana de renta nacional. Y es que cabe recordar que en el año 2021, el umbral para considerar que un hogar se encontraba en situación de pobreza severa se situaba en 6.355 euros por unidad de consumo al año. Es decir, en una familia con dos adultos y dos menores, cada persona debe sobrevivir con menos de 281 euros mensuales, y con menos de 535 euros al mes si vive sola.

Así pues, si seguimos así, los umbrales de pobreza no dejaran de crecer en las Islas y con los precios disparados de los alquileres y el golpe que está suponiendo la inflación en los productos de primera necesidad, hacen que la renta disponible de las familias sea cada vez menor y que el horizonte al que nos enfrentamos no sea nada esperanzador. En definitiva, Balears no es lugar para pobres y cada vez menos para la clase media.