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La cibernética es un factor notable en la guerra de Ucrania. Ambas partes están utilizando capacidades cibernéticas para perseguir sus objetivos, entendiendo el potencial de integrar la confrontación cibernética y de información con su esfuerzo militar. Comprometidos en una lucha por la influencia y la opinión; mucho más allá del campo de batalla inmediato, con su guerra física brutal y destructiva. Seis meses de después de la invasión rusa al igual que su invasión terrestre, los planes iniciales de Rusia en internet parecen haberse quedado cortos, y su uso irresponsable y torpe.

Sus intentos militares de destruir la infraestructura militar de Ucrania y sembrar la discordia utilizando capacidades cibernéticas, que han sido frenadas con una defensa con inteligencia en el ciberespacio, firme profesional y efectiva, contando con apoyos de la agencia del Reino Unido que venía rastreando la amenaza que planteaba Rusia. Con la ayuda de sus aliados, Ucrania ha podido mantener al día una imagen en constante evolución de sus objetivos militares. Repetidamente ha denunciado las actividades que van mas allá de un comportamiento responsable. Ha desafiado las formas en que el estado ruso ha hecho la vista gorda ante los poderosos grupos cibernéticos que operan impunemente en el entorno geográfico, abordando la desinformación y salvaguardando la infraestructura cibernética critica
Aunque sabíamos que Rusia era capaz de jugar con reglas diferentes, sus acciones en Ucrania se lo han demostrado al mundo. Como resultado, estamos viendo una remodelación del panorama cibernético. Ahora existe una cooperación mucho mayor entre las grandes empresas tecnológicas y los gobiernos en materia de seguridad que antes de la guerra, una polarización de posiciones sobre el uso de la cibernética en la guerra y un esfuerzo renovado para redefinir las normas cibernéticas.

Mirando hacia atrás, ahora sabemos que los primeros disparos de la invasión de Ucrania por parte de Vladimir Putin se dieron en el ciberespacio antes de que se dispararan las balas el 24 de febrero. El mes anterior, la inteligencia militar rusa se desplegó para destruir y desconfigurar los sistemas del gobierno ucraniano. Y menos de una hora antes de que Rusia invadiera Ucrania, apuntó a las redes satelitales ViaSat utilizadas por el ejército, el gobierno y los civiles ucranianos. El ataque se extendió a los países vecinos causando daños colaterales en una variedad de servicios, desde parques eólicos hasta acceso a internet.

Los servicios de seguridad detectaron esta actividad. El sector privado también lo detectó, y las empresas se apresuraron a publicar y solucionar el problema. Esta asociación, entre el gobierno y el sector privado, en la que el Centro Nacional de Seguridad Cibernética desempeña un papel de liderazgo, se ha vuelto cada vez más importante a medida que se intensifican los esfuerzos rusos para interrumpir los sistemas gubernamentales y militares de Ucrania. La desinformación en internet se convirtió rápidamente en una parte importante de la campaña de Rusia, para causar confusión y caos en Ucrania y más allá; destacando el enfoque del estado ruso.

Gran parte de esto ha tenido éxito. Hasta ahora, el presidente Putin ha perdido ampliamente la guerra de la información en Ucrania y en Occidente. Aunque eso es motivo de celebración, no debemos subestimar cómo la desinformación rusa se está desarrollando en otras partes del mundo.