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Esta semana los socios del Cercle d’Economia de Menorca han recordado el décimo aniversario de su nacimiento con un acto celebrado en el Ajuntament de Maó. Un evento en el que la entidad que preside Francisco Tutzó recibió la visita de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, y de la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, así como por los representantes del Cercle d’Economia de Barcelona y de Mallorca como ejemplo de instituciones de prestigio que en su momento avalaron la constitución del Cercle en la isla.

Girando la vista atrás y como si fuera un suspiro, han pasado diez años desde que el Cercle d’Economia de Menorca iniciase su andadura como asociación sin ánimo de lucro al servicio de la sociedad menorquina, una entidad independiente política y económicamente, que a lo largo de una década ha trabajado de manera constante a favor del bienestar y del progreso económico de los menorquines como una especie de think tank a favor del diálogo y la reflexión. Bien sea a través de sus notas de opinión de sus numerosos encuentros organizados con expertos del mundo económico, empresarial y político, han logrado situarse como entidad de referencia en la isla a la que se escucha y se tiene en cuenta porque fomenta el análisis de cuestiones sensibles para el futuro de la isla.

Cuestiones como por ejemplo la formación de sus jóvenes y su empleabilidad, la competitividad de la industria menorquina ante un mundo globalizado, los retos del sector turístico como motor económico, el futuro del campo o la gestión del medio ambiente, entre muchos otros temas. En este sentido, aportaciones como la gestión del agua, el boletín de indicadores económicos que sirve para medir la evolución de la economía de Menorca o el futuro grado de inteligencia artificial que se impartirá en la UIB el curso que viene son algunos de los frutos de estos diez años de recorrido que pueden acreditar por méritos propios sus ochenta socios y las entidades colaboradoras que dan su apoyo.

En la época del fast food informativo que nos ha tocado vivir, cuyo empache no siempre permite digerir el porqué de muchas decisiones, se agradece que existan entidades como el Cercle, que contribuyen a ofrecer una perspectiva amplia sobre las cuestiones que forman parte del progreso de una sociedad moderna.