Gregori Jaume es asesor de ventas de Almacenes Femenías.

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Almacenes Femenías tiene 85 años de historia. Jaume Femenías fundó la empresa en Llucmajor en el año 1936. Llevaba pequeñas cantidades del escaso material que había disponible directamente a las obras. La empresa dio un salto cualitativo con el boom turístico de la mano de su hija Magdalena y su marido Gregori Jaume. En los años 80 se incorporaron Antònia Jaume, directora general en la actualidad; Joan Jaume, director comercial, y Jaume Jaume, que se encarga de la parte patrimonial de la familia. De la cuarta generación, tres de los cinco nietos -Jero, Jaume y Gregorio- se han incorporado en la empresa. Dispone de establecimientos en Palma, Llucmajor, el polígono de Son Noguera y s’Arenal. Gregorio Jaume es asesor de ventas.

¿Quién es el principal cliente de Almacenes Femenías?
El cliente principal son las constructoras, pero la empresa está abierta a todos, interioristas, decoradores, cliente final, arquitectos… El constructor no escoge, sino que hay un prescriptor que suele ser el interiorista, el arquitecto o el decorador.

¿Es más importante la venta de materiales de construcción o las tiendas?
El mercado se ha orientado hacia los revestimientos y productos innovadores de alta gama. Intentamos estar a la vanguardia con las últimas tendencias que salen al mercado, los nuevos formatos, y con productos que imitan texturas naturales muy difíciles de conseguir y que suponen un reto para nosotros. También proporcionamos una amplia gama de materiales necesarios para la obra construcción. Sin desperdiciar ninguna de las vías de negocio, nos hemos especializado en pavimentos y revestimientos. Vendemos cerámica, grifería, sanitarios, muebles de baño y elementos decorativos. Contamos con más de 50 marcas, muchas de ellas en exclusiva.

¿Almacenes Femenías vende fuera de Mallorca?
Nuestro mercado principal se focaliza en nuestras islas, aunque siempre hemos exportado al resto del mundo, sobre todo para compañías hoteleras.

¿Cuáles son las tendencias actuales en pavimentos?
Ahora mismo ha cogido mucha fuerza el gran formato, es decir, una baldosa de 1,20 por 2,70 metros para la pared del baño, por ejemplo. También han cogido fuerza las baldosas de imitación a marés, piedra o cemento, y las baldosas sostenibles, hechas por fábricas que tienen el certificado de compromiso ambiental B Corp. El revestimiento es un elemento más del diseño.

Entonces, ¿la sostenibilidad ha llegado al sector?
La sostenibilidad ha llegado totalmente. Las fábricas apuestan cada vez más por materiales reciclados y que el desperdicio se pueda reutilizar para hacer otra baldosa. Y cada vez más constructoras nos piden la huella de carbono de los materiales.

El sector sufre retrasos en las entregas.
Sí, todo el sector sufre retrasos por un conjunto de motivos. Las baldosas se fabrican con gas, y al subir tanto han reducido producción. También ha subido el transporte y en muchas ocasiones el suministro tarda más en llegar. Y la guerra de Ucrania también ha afectado, ya que de allí vienen las tierras y la quinina que se utiliza para hacer las baldosas. Todo ello provoca un desabastecimiento de materiales que hay que sustituir, y produce más retrasos.

¿Y subidas de precios?
Muchísimo. Al subir los costes de producción, el precio de venta ha subido en tres o cuatro ocasiones desde el inicio de la pandemia, algunos productos hasta un 30%, o bien hacen suman por costes energéticos.

Y aunque suban los precios, no baja la demanda.
No. Es peculiar. La demanda no está bajando. También han quedado muchas cosas por hacer durante la pandemia y ahora hay muchos nervios y prisas por cerrar proyectos.

La construcción, hoy por hoy, está muy centrada en el mercado de alto standing. ¿Esto es bueno o malo?
El mercado nos ha llevado aquí. Almacenes Femenías se ha especializado en el mercado vanguardista y de gran calidad. Acudimos a ferias especializadas para ofrecer lo más novedoso del mercado. Tenemos productos para todo el público, pero contamos con muchos clientes no nacionales y extranjeros residentes en Mallorca que piden otra tipología de productos.

¿Hay diferencias?
Sí. Hay diferencias por precio, ya que el cliente extranjero, por lo general, tiene un alto poder adquisitivo, y también hay diferencias en el concepto. Por ejemplo, los extranjeros ponen la lavadora en el baño y piden un mueble para ocultarla. En Mallorca predominan los colores mediterráneos, piedra y blancos, mientras que el mercado extranjero escoge productos más oscuros por la influencia del norte de Europa.