Puesta a punto de la piscina de una de las propiedades que gestiona la empresa Redorka en Menorca, que cuenta con personal propio.

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Hablar del grupo Redorka es hacer referencia a un negocio familiar fundado a finales de los años 70 por Lorenzo Pons Carreras, que hoy lidera la segunda generación con sus dos hijos al frente, Sito y María Pons González.

Una empresa dirigida a ofrecer un sevicio completo a propietarios de viviendas vacacionales para lo que cuenta con una asistencia completa dirigida al mantenimiento integral que engloba desde limpieza, fontaneria, electricidad, pintura, carpintería, jardinería o mantenimiento de piscinas, entre otros. Además también incluye el alquiler vacacional, la construcción y la reforma de las viviendas. En la actualidad, Redorka gestiona más de 300 viviendas en la costa sur de Menorca.

ORÍGENES. El nacimiento de Redorka fue como consecuencia del desarrollo urbanístico de la zona sur del municipio de Sant Lluís. «Su fundador, Lorenzo Pons Carreras, cayó en la cuenta de que surgían necesidades de mantenimiento de todas estas propiedades así como de representación de propietarios ante la administración», explica Domingo Enrich, gerente del grupo Redorka desde el año 2014. «Poco a poco se convirtió en la persona de confianza que sobre el terreno daba respuesta a las necesidades que pudieran surgir», añade Enrich. «Si hacía falta un fontanero, Sito lo proporcionaba. Si hacia faltar llevar el mantenimiento de la piscina o del jardín de la vivienda, Sito les ofrecía el servicio en cuestión», detalla. De este modo la empresa fue creciendo en paralelo a las demandas.

Lorenzo Pons Carreras fue una persona emprendedora, muy trabajadora y con una gran visión empresaril», destaca el gerente de Redorka. Sus hijos Sito y María Pons González se incorporaron al cabo de muy poco tiempo al negocio familiar, siendo los gestores que se encargaron de su modernización y los responsables de dar forma a la empresa de sevicios que es hoy.

Como pasa en la mayoría de casos, la primera oficina que abrieron se ubicó en su propio domicilio pero con el paso del tiempo tuvo distintos emplazamientos hasta que crearon unas oficinas centrales en la calle Compte Lanion de Sant Lluís, en pleno centro neurálgico del municipio.

ALQUILER. De toda aquella promoción, algunas eran viviendas se destinaron al disfrute propio como segunda residencia pero en otros casos se dedicaron al alquiler vacacional. En este sentido, Redorka cuenta también con un servicio de alquiler de villas, bungalows, apartamentos y casas de campo.
«De todas las propiedades que gestionamos actualmente, un 30 por ciento son de alquiler vacacional», explica Domingo Enrich, gerente de Redorka. «Tenemos una amplia selección de alojamientos vacacionales en la zona sureste de la isla de Menorca, concretamente en Binibeca Nou, Binibeca Vell, Binisafúa, Cap d’en Font y Binidalí», comenta.

De este modo, gestionan el alojamiento en la isla de famílias, parejas o de grupos. «La mayoría de nuestros clientes son británicos y alemanes pero últimamente ha crecido mucho el visitante francés. Tenemos también muchos clientes que reptien su estancia con nosotros», añade. Este tipo de oferta vacacional siempre ha despertado mucha demanda en nuestra isla y desde la pandemia, todavía ha crecido más. «Durante la COVID-19 muchos de nuestros clientes se desplazaron a su segunda residencia en busca de un refugio para su família», afirma Domingo Enrich.

GESTIÓN. El servicio de mantenimiento de viviendas de Redorka está organizado en distintos departamentos especializados que cuentan con un personal específico que está coordinado por un responsable. «Este servicio se ofrece durante todo el año para conseguir un correcto estado de las propiedades», afirma el gerente. Desde fontanería, electricidad, pintura, carpintería, jardinería o mantenimiento de piscinas, los departamentos están siempre activos.

A nivel logístico, en la zona de Cala Torret, cerca de la playa de Binibeca, disponen de unos almacenes-taller donde se guarda el material necesario para atender todas aquellas urgencias más locales. Por otra parte, en el polígono industrial de Sant Lluís cuentan con una nave industrial para estoc de material. Tienen, además, una flota propia de 20 vehículos para atender los desplazamientos en su área de influencia. «Somos un negocio familiar y para nosotros los clientes son prácticamente amigos porque acabas estableciendo una relación de confianza con ellos. En este sentido creo que nos visualizan como la familia Redorka que cuida de su propiedad», explica el gerente, Domingo Enrich. «Creo que lo que más valoran es el conjunto de servicios que les podemos brindar y que el personal sea propio, acudiendo a su domicilio en cuanto surge cualquier incidencia. La tranquilidad de pasar unas vacaciones sin preocupaciones es lo mejor», señala.

OBRAS. En el año 2000 constituyeron la empresa Construcciones Redorka SL para poder llevar a cabo desde una pequeña reforma a una obra de nueva construcción. Formaron un equipo en el que incluyeron especialistas del sector de la construcción en temas varios como la aplicación de microcementos, estucos, pavimentos en hormigón, construcción de piscinas o pared seca, entre otros. «Lo que hacemos es coordinarnos con un estudio de arquitectura e interiorismo que nos permite asesorar al cliente de forma profesional y con total garantía», explica Domingo Enrich.
Como muchos de sus clientes o bien no viven habitualmente en Menorca o bien son extranjeros, tienen un servicio de project management para ello. «En caso de tratarse de propietarios que viven fuera de la isla, funcionamos como project managers siguiendo la evolución de los trabajos y coordinando las visitas in situ de manera periódica para una total tranquilidad del cliente», detalla el gerente de Redorka.

«También nos encargamos de resolverles la parte legal con el apoyo de nuestros servicios jurídicos ya que al ser extranjeros, desconocen la normativa local», comenta. «Tengo que decir que la mayoría de clientes nos llegan recomendados por otros a los que les hicimos en su día un proyecto o una gran reforma», concluye Domingo Enrich.