El antiguo Sol Beach House de Santo Tomás en Menorca está siendo reformado por completo. | Gemma Andreu

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Una de las obras de reforma hotelera de Menorca que se sigue con mayor expectación es la transformación del antiguo Sol Beach House de Santo Tomás, perteneciente a Meliá Hotels International y que tiene previsto abrir sus puertas esta temporada. Tal y como anunció la compañía a principios de este año, la isla se convertirá en el primer destino de Balears en contar con un hotel con huella de carbono casi cero, en emisiones directas e indirectas por consumo y distribución de energía que causan el cambio climático. El objetivo perseguido es la descarbonización total mediante la reducción del 87% de las emisiones de CO2 actuales, mientras que el 13% restante se compensaría mediante la contratación de fuentes de energía renovables, reduciendo a su vez a cero la huella de carbono del hotel. Tras la reforma integral, las 156 habitaciones y suites diseño del arquitecto Álvaro Sans, convertirán al hotel Villa Le Blanc Gran Meliá en el primer y único hotel cinco estrellas de la isla.

Además, en línea con los compromisos públicos de la compañía contra el cambio climático y con la premisa de integrar criterios sostenibles en las obras y rehabilitaciones que realiza anualmente Meliá Hotels International, el proyecto en ejecución en Menorca pretende ser un prototipo para futuras rehabilitaciones.

FUNCIONAMIENTO. Este hotel prototipo funcionará principalmente con recursos renovables como la biomasa, geotermia y energía solar, e integrará criterios de eficiencia energética con los que reducirá su consumo eléctrico en un 40% respecto al sistema actual, ha explicado la cadena hotelera con sede central en Mallorca. Un aspecto es que el calor residual de la maquinaria de aire acondicionado de este hotel de cinco estrellas, se utilizará para precalentar el agua caliente sanitaria, así como las piscinas climatizadas. Además, contará con un sistema de gestión de edificios que realizará una mejora continua del rendimiento energético del establecimiento utilizando inteligencia artificial. El proyecto que Meliá desarrolla en Menorca también contará con medidas de eficiencia en el consumo de agua gestionado mediante la digitalización del consumo que permitirá una optimización continua del ciclo del agua, utilizando tecnología domótica y sensores para garantizar consumos mínimos. Este consumo se reducirá también mediante la recuperación y reutilización del agua para diferentes propósitos: agua de retrolavado de la piscina principal para la limpieza, la recogida de agua de lluvia para el riego de jardines o la recuperación de aguas grises para su posterior uso en los aseos. Meliá Hotels International ha apuntado que al combinar las medidas de gestión de la energía y el agua, se prevé que los niveles de emisión de CO2 disminuyan de 638 toneladas a 81 toneladas (-87%), elevando así la puntuación del certificado energético del hotel a niveles máximos de rendimiento.

PREMIO. El proyecto de reforma del hotel situado en Santo Tomás y otro muy similar que la compañía está llevando a cabo en paralelo en Gran Canaria, ya les ha valido un primer reconocimiento al recibir el premio Rethink Hotel, concurso que el Grupo Habitat Futura organizó en vísperas de la Feria Internacional Fitur para premiar los mejores proyectos de sostenibilidad y rehabilitación hotelera. Se valoró el hecho de integrar criterios sostenibles como es la eficiencia energética, la producción de energía renovable, la gestión de residuos y el aprovechamiento del ciclo hídrico. Para el vicepresidente ejecutivo y CEO de Meliá Hotels International Gabriel Escarrer, su compañía ha vuelto a ser reconocida en 2021 como una de las dos hoteleras más sostenibles del mundo por el Corporate Sustainability Assessment de Standard&Poors Global, y considera que el Gran Meliá Menorca va a representar «un hito definitivo en su camino a la descarbonización», en un destino que es, además, Reserva de la Biosfera.

SES SUCRERES CRECE. Por otra parte, el hotel de interior Ses Sucreres de Ferreries encara su segundo año de reforma con la mirada puesta en 2023 para poder reabrir definitivamente tras aumentar su capacidad hasta las doce habitaciones de las seis actuales. El propósito es acentuar todavía más, si cabe, su naturaleza de hotel de pueblo en el que también habita el matrimonio propietario, tratando de armonizarlo desde el punto de vista humano y social en el propio centro histórico de esta localidad a poniente de Menorca.

Como concepto, se trata de un proyecto que intenta abordar una revisión del significado de turismo de interior, gracias a la experiencia acumulada tras 13 años en funcionamiento como pioneros de este tipo de hoteles cuya nueva mirada va más allá de recuperar el patrimonio histórico insular, poniendo en valor la interacción con pequeños productores y prestadores locales de proximidad.

Además de las nuevas habitaciones, los trabajos de remodelación están pasando por enriquecer el inmueble con un valor añadido real para sus huéspedes que se concretará en un jardín con un típico lavadero menorquín que generará un espacio común verde con huerto propio así como un patio acogedor de pasos perdidos para, por ejemplo, leer un libro o mantener una agradable conservación.
En esta misma línea se han previsto nuevos espacios interiores generosos y luminosos para facilitar aún más la interacción dentro del propio hotel. Respecto a elementos constructivos utilizados y tal como sucedió cuando se hizo el primer establecimiento, la apuesta seguirá siendo por materiales de construcción reciclados y naturales como corcho, paneles de madera o recuperación de cisternas así como el uso de plantas autóctonas para toda la parte de jardín.