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Llevamos unos meses en que los mercados se están fijando de forma muy intensa en el devenir de la economía global.

Además se habla desde dos puntos de vista muy opuestos: por un lado se teme que un sobrecalentamiento de la economía provoque una inflación duradera con las consecuentes medidas de los bancos centrales encaminadas a subir tipos de interés.

Y por otro, se habla de ralentización económica fruto del encarecimiento de la energía, del problema de suministros (especialmente semiconductores) o de la influencia de gobierno de China en sus empresas y su contagio al resto del mundo.

Que estas dos visiones macro hayan hecho incrementar el miedo de los inversores, cuando es imposible que se den a la vez, ni siquiera en un estado de estanflación, ya es una prueba de la irracionalidad a corto plazo del mercado y de la escasa influencia de la macro en el análisis largoplacista.

De hecho, tal como se ve en el gráfico, no hay una correlación directa entre crecimiento económico de una zona con la evolución de sus bolsas. Se puede apreciar cómo el incremento del Producto Interior Bruto de España ha sido regularmente superior al de la Eurozona, mientras el IBEX (que incluso ha subido o bajado fuertemente en años de crecimiento económico inverso) lo ha hecho peor que el EuroStoxx casi cada año.

A pesar de no ser una relación directa, y sin volverse loco operando a la noticia, sí hay cierta relevancia para las bolsas: al invertir en bolsa se compran empresas que pueden vender sus productos y servicios en un determinado país con un determinado nivel económico, con una normativa o fiscalidad que puede variar en función del entorno o con unos tipos de interés a los que financiarse y a los que descontar flujos de caja.

Todo ello cobra algo más de relevancia cuando se analizan empresas cíclicas, es decir a los sectores que más les afecta el ciclo económico. En este grupo aparecen banca (más hipotecas, menos impagos, más inversiones), construcción (más demanda), energía (más industria y más empresas consumiendo) o turismo (más viajes de negocios y vacacionales).

Partiendo de estas bases y de la importancia relativa que tiene para las empresas, que además ya integran el entorno macro en sus resultados y sus propias previsiones, es bueno conocer el entorno donde se invierte.

Esta misma semana, además de un nuevo dato de inflación por encima de lo esperado en Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado sus previsiones económicas para este año y el próximo y las ha empeorado ligeramente a nivel mundial desde las lanzadas en julio.

Las rebajas de perspectivas han sido significativas en países tan diferentes económicamente como Alemania, España, Japón o Canadá; mientras que han mejorado para zona euro, Francia o Italia, manteniéndose muy similar (-0,1%) en Estados Unidos y China y manteniéndolas en la India.

El simple hecho que se vayan modificando de forma trimestral, ya nos da una idea de la relevancia operativa que tiene para la bolsa, y ahora habrá que ver cómo se incorporan en las cuentas de resultados y en los planes de negocio de las empresas que esta misma semana están empezando a mostrar sus cuentas del tercer trimestre.