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Hoy no opinaré de turismo, ni de las vacunas, ni de las ayudas a los autónomos, sino de la obligación de disponer de un plan de igualdad en las organizaciones.

Porque las empresas andan un poco revueltas con este tema últimamente, muchas de ellas ya saben que se exponen desde el pasado 7 de febrero a sanciones de hasta 187.500 euros, a pérdidas de subvenciones y exclusiones de concursos públicos, al estar incursas en una prohibición legal para contratar con el sector público, etc... por si no tienen suficientes problemas ya con la que está cayendo.

No en vano, me consta que ya han comenzado las inspecciones en Mallorca y la comprobación del cumplimiento de la normativa de igualdad, que junto con la de registro de jornada laboral y medidas COVID, se va a convertir en una de las grandes protagonistas de las campañas de la Inspección de Trabajo de este 2021 y años venideros.

Las empresas con obligación de contar con un plan de igualdad son las que tienen más de 50 trabajadores, deben negociarlo con la representación legal de los trabajadores (o con los sindicatos en su defecto) y registrarlo. Pero esto no es todo, adicionalmente debe contar además con una auditoria retributiva y un registro retributivo desagregado por puestos de trabajo de igual valor, para tratar de detectar posibles desigualdades y como instrumento de transparencia para combatir la posible brecha salarial entre hombres y mujeres.

Después hay que marcarse unos objetivos de igualdad, hacer un seguimiento de estos y reelaborar los planes cada cuatro años.

Todo esto viene explicado en la legislación, la Ley Orgánica 3/2007 que fue la pionera en España, pero su impulso definitivo se ha producido en los últimos 2 años, primero con el Real Decreto-Ley 6/2019, y recientemente mediante los Reales Decretos de Planes de Igualdad e Igualdad Retributiva de 14 octubre de 2020.

En definitiva, los planes de igualdad se van a convertir en un quehacer más de las empresas, con o sin ayuda de consultores especializados. No sé si llega en el mejor momento para las mismas, pero ya no hay vuelta atrás y se tiene que cumplir con la normativa, además de intentar por todos los medios posibles conseguir la igualdad de trato y oportunidades en el ámbito laboral.