Imagen restrospectiva de Cala Millor. | plozano

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Un equipo de investigadores de la Universitat de les Illes Balears (UIB) estudiará la viabilidad de la implementación del protocolo sanitario mediante un código QR para el movimiento de pasajeros seguro, de acuerdo con las necesidades actuales de la movilidad turística derivadas de la pandemia causada por la COVID-19. La prueba piloto se llevará a cabo en Cala Millor, desde las vacaciones de Pascua hasta diciembre, con la colaboración de la Direcció General d’Emergències i Interior, el Consorci de Turisme de Son Servera i Sant Llorenç des Cardassar y la empresa Biolínea como laboratorio de acreditación. Esta iniciativa está apoyada por la Eurorregión Pirineos-Mediterráneo - formada por Occitania, Catalunya y Balears- en el marco del Fondo de Ayuda Eurorregional COVID-19 relativo al objetivo específico S03.1.

La propuesta se basa en el uso de la tecnología ShareEQR, desarrollada y patentada en la Universitat de les Illes Balears. Esta tecnología permite transferir información de manera autenticada y segura entre una fuente y un destino sin necesidad de ningún tipo de infraestructura de comunicación y conexión digital entre ellas.

“La prueba piloto se hará con unas 50 personas, de las cuales 20 llegarán en el mes de abril. Se trata de ver cómo funciona y si es escalable veremos la mejor manera de extender la tecnología”, indica el profesor Bartomeu Alorda, impulsor del proyecto en la UIB.

El QR proporciona información útil para mejorar la respuesta a situaciones de emergencia y permite aportar información acreditada de enfermedades crónicas, alergias o tratamiento farmacológico. Se trata de información encriptada almacenada en el código QR, que es una imagen que puede estar plasmada en el móvil, en un papel, en una pulsera, etc.

Esta información ayuda a definir mejor la respuesta sanitaria durante una primera actuación en situación de emergencia. Además, la barrera idiomática no es un problema al poder realizar la traducción de la información de forma automática.

“Creemos que no es suficiente con autorizar la entrada y la salida de los turistas, sino que es importante hacer una vigilancia más meticulosa y que permita que la persona que llega se pueda integrar en el sistema de gestión de la pandemia y en el rastreo de contactos. Esta prueba piloto será muy importante proque es necesario coordinar a muchas instituciones y personas -sanitarios, policía, establecimientos turísticos y comerciales...-, de forma que podremos comprabar esta herramienta de colaboración y ajustarla para un funcionamiento óptimo”, concluye.