El XII Foro Menorca Illa del Rei debate sobre los retos y oportunidades pos-COVID-19 de la isla y anima a mirar el futuro con luces largas y aprovechar sus valores intrínsecos como refugio. | El Económico

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Transformar la insularidad en una oportunidad y aprovechar los valores naturales e intrínsecos de Menorca para posicionar la isla como un lugar seguro para el bienestar en un entorno sano. Este fue uno de las principales mensajes que lanzaron el médico e inversor asturiano Víctor Madera, la doctora Elena Muñoz y la gestora cultural Magdalena Vinent, los tres ponentes que este año protagonizaron el XII Foro Menorca Illa del Rei. Un encuentro que, de manera excepcional, tuvo que celebrarse en formato virtual, teniendo que romper forzosamente con la tradicional cita del mes de agosto que servía para reunir a sociedad civil y veraneantes en el islote del puerto de Maó bajo la invitación conjunta del Diario Menorca, la Fundación Hospital Isla del Rey, el Cercle d’Economia de Menorca y el Ateneu de Maó.

Las restricciones dictadas para evitar la propagación del coronavirus impidieron a la organización poder celebrar un encuentro físico, pero la tecnología facilitó que se pudieran analizar en voz alta los retos y oportunidades en la época postcovid como eje principal del encuentro.

BIENESTAR. Víctor Madera es un inversor que ha descubierto en Menorca los valores que, considera, son claves para afrontar un futuro incierto. Este médico de origen asturiano, que aparece en el número 60 de la Lista Forbes de nuestro país y que ha adquirido diversas fincas menorquinas y edificios señoriales para su rehabilitación, considera que la pandemia se ha encargado de acelerar la importancia para el ser humano de poder encontrar el equilibrio físico, mental y espiritual y poner en valor las cosas sencillas más sencillas como un paseo por el campo o una conversación al aire libre.

Victor Madera, empresario.

«Cobra importancia el sentirse sano, el poder encontrar la harmonía molecular que es, sin duda, el verdadero refuerzo inmunológico que nos ayuda a combatir la vulnerabilidad del día a día. Todos estos valores tan difíciles de encontrar, son los que residen en Menorca», afirmó Madera durante su intervención en el Foro.

Y son estos intangibles que aportan bienestar, sobre los que la isla debe poner el foco y sacarles brillo ante una situación compleja como la actual, donde no recomienda tomar atajos o caminos fáciles sino mirar al futuro con luces largas, teniendo muy claro el rumbo.

Víctor Madera anticipa que la gente seguirá teniendo un profundo deseo de viajar pero será más exigente en la selección de todos los servicios que marcan el desplazamiento, desde las aerolíneas a los hoteles u otros proveedores.

«Habrá menos vuelos y más caros y esto, combinado con menos ingresos familiares, conllevará una situación de disminución del turismo de masas y con ello, el turismo se volverá más selectivo en su elección y buscará vivir experiencias, sentir emociones únicas», añadió. «Por ello se desarrollará un turismo que buscará la autenticidad, la naturaleza, la inmersión en la cultura local, un turismo que encuentre en su campo, en su mar, en su cielo y en su entorno natural, el verdadero lujo», destiló.

«Este lujo que produce disfrutar de la calma, del silencio, del sabor de un verdadero tomate, de la introspección en uno mismo como el que se consigue en Menorca por la conjunción de todos ellos gracias a haber sido pionera la busca de la sostenibilidad económica y social». Víctor Madera también reflexionó sobre la importancia de invertir en formación para que no se pierdan tradiciones como los araders y potenciar la figura del payés para que pueda encontrar el sentido de lo ecológico.

ISLA SANA. Precisamente una de las ventajas competitivas que contribuye a este posicionamiento es que Menorca cuenta con un punto de partida favorable, ya que no cuenta con entornos urbanos masificados ni una movilidad excesiva fuera de la temporada, tal y como explicó la Dra. Elena Muñoz, presidenta de la Societat Balear de Medicina Familiar i Comunitària, que ejerce en la Unitat de Salut de es Castell. «Debemos apostar decisivamente una salud ambiental que tenga en cuenta el fomento de los alimentos saludables cultivados en la isla, los denominados de kilómetro cero y por otro lado, el hecho de orientarnos hacia un urbanismo sostenible, amable para las personas dependientes. «Poder disponer de una isla sana hará que las personas estén más saludables y nos protegerá contra futuras pandemias porque el virus ha venido para quedarse y, aunque encontremos una vacuna, debemos estar preparados para escenarios peores», afirmó.

Elena Muñoz, doctora

En este sentido, la Dra. Muñoz considera que es fundamental reforzar el sistema sanitario menorquín, sobre todo la Atención Primaria, que es la que se está encargando de frenar las oleadas del virus. También propugna la desmedicalización, ya que protege al paciente y evita el colapso del sistema. La facultativa añade, sin embargo, que no basta con reforzar el sistema sanitario sino que también hay que trabajar el sistema social para que nadie quede atrás, porque el virus no golpea igual a ricos que a pobres.

INDUSTRIA Y AGRICULTURA. La gestora Magdalena Vinent, que fue directora de Cultura del Instituto Cervantes y directora técnica de la Biblioteca Nacional, reivindicó como principal mensaje el gran potencial que tiene Menorca desde el punto de vista industrial y agrario, más allá del estrictamente turístico.

«Debemos recuperar e impulsar la agricultura y la industria sin olvidarnos de la cultura y, sobre todo, garantizar una educación de calidad como condición indispensable para que las próximas generaciones estén bien formadas y puedan afrontar y sacar adelante los retos que Menorca tiene planteados. La insularidad supone en estos momentos una oportunidad pero al mismo tiempo un reto para esta isla», explicó.

Marga Vinent, gestora cultural.

DOCE EDICIONES. Más de 500 personas de la sociedad civil menorquina, junto a visitantes que pasan habitualmente su verano en Menorca, se daban cita anualmente al encuentro que desde hace doce años tiene lugar en la explanada del antiguo hospital militar de la Ila del Rei, construido durante la dominación inglesa en el siglo XVIII. Un islote situado en medio del puerto de Maó que se ha convertido en un símbolo del voluntariado de Menorca, gracias a la labor constante y desinteresada a favor de la recuperación de su patrimonio desde 2004. El foro, que se celebra cada mes de agosto, ha ido creciendo en número de asistentes y sirve de plataforma de debate y diálogo para tratar cuestiones vinculadas a la isla como por ejemplo el modelo turístico, la gastronomía, la problemática del transporte aéreo, el campo de Menorca o el papel de la administración pública.

En 2013 contó con la presencia destacada de la Reina Emérita, Doña Sofía, que asistió para dar apoyo a la candidatura talayótica a Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.