Jaume Nebot, consejero delegado de Protur Hotels | A.G.

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El CEO de Protur Hotels, Jaume Nebot alaba sin pudor la disposición adicional cuarta de la Ley de Turismo, hoy derogada, al considerar que facilitó que buena parte de la planta hotelera se modernizara, al tiempo que aboga que la legislación debe favorecer las reformas y admite que no tiene por qué implicar aumento de volúmenes ni incremento de plazas. “No tengo ninguna duda de que la disposición adicional cuarta fue una medida muy eficaz a la hora de hacer grandes reformas. Creo que es necesaria una legislación que las siga permitiendo, aunque no necesariamente tiene que implicar aumentar volúmenes de construcción ni más plazas”, asegura.

Nebot alude al espíritu de los primeros años de turismo para combatir la masificación y la turismofobia. “Tal vez hemos olvidado un poco nuestros comienzos y hemos perdido esas virtudes que nos hicieron ser un destino acogedor. Sin olvidar, por supuesto, que hay que poner, entre todos, las herramientas para que nadie se sienta invadido, sino visitado”, afirma.

Respecto a la zonificación, Nebot reconoce que “veo imposible que ninguna zonificación satisfaga a todos los afectados. El alquiler turístico debe tener un sitio en el mercado, debe ser una opción para el cliente, nadie debe tener el monopolio de la oferta de una plaza turística. Todos habíamos estado de acuerdo en que el alquiler turístico en unifamiliares era necesario para conservar un tipo diferente de turista al que el hotel no puede satisfacer sus demandas. Sin embargo, no vemos la misma necesidad en el alquiler de viviendas en edificios plurifamiliares. A nuestro entender es el tema más conflictivo y que requiere más estudio para no incidir en el conflicto entre turista y residente, y con ello seguir aumentando la turismofobia o la sensación de saturación”, sentencia.

Nebot de Protur Hotels tiene claro que la temporada estaba siendo buena, aunque matiza que se convirtió en la peor de los últimos años tras la quiebra de Thomas Cook. “Es obligado referirse a la desaparición de Thomas Cook porque ha supuesto que una temporada que en general venía siendo buena, se haya convertido en la peor de los últimos cuatro o cinco años. Sabemos que vamos a cerrar con cifras inferiores a las de años anteriores, pero no podemos olvidar en ningún caso que venimos de muy buenas temporadas, lo cual siempre hace que las comparaciones sean algo injustas. Es cierto que este año se han dado más frecuentemente las reservas de última hora, pero no ha sido tan preocupante como para tener que hacer bajadas de precios, salvo en los edificios afectados por la quiebra de Thomas Cook”, indica.