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La retirada de los británicos de la Unión Europea, después de 46 años de su entrada, plantea muchos interrogantes, mucha incertidumbre y muchas dudas y contradicciones sobre el futuro del turismo, sobre la libre circulación de personas, empresas y capitales, sobre la situación de los residentes británicos en España (400 mil) y españoles en el Reino Unido (200 mil), sobre los permisos de trabajo, acceso a sanidad y pensiones, inversiones británicas en España, sobre las relaciones comerciales, sobre las licencias de vuelo de Iberia y Vueling y un largo etc.

Por lo pronto ya se aprecia una caída del turismo británico, una caída de la venta de viviendas a británicos, caída también de las inversiones provenientes del Reino Unido y primeros efectos del comercio con ese país. Todo parece estar en el aire, pendiente de acuerdos futuros. Y especialmente nos preguntamos ¿cómo afectará al turismo? ¿Es posible sustituir al mercado británico? ¿Qué efectos tendrá sobre la cotización de la libra esterlina en relación al euro y la variación de este precio sobre la demanda turística?

La incertidumbre del brexit se ha reflejado ya en la cotización de la libra que se ha depreciado un 16% desde el referéndum de salida de 2016. La libra se ha debilitado y el euro se ha fortalecido y podría seguir depreciándose hasta rozar la paridad (un euro equivalente a una libra).

El británico es un mercado muy sensible al precio y hay ejemplos históricos que lo demuestran. Si se sigue depreciando la libra, el turismo de turoperador británico dejará de venir a Eivissa y en general a España, por el encarecimiento de los destinos de la zona euro, y el mercado británico girará cada vez más a destinos con moneda débil como Turquía, Egipto y Túnez.. España volverá a perder cuota de mercado rápidamente, entre dos o tres millones de turistas británicos en los próximos años.

Sobre el debate actual de si el mercado británico es o no sensible al precio, vale la pena recordar cómo afectó el mercado británico a Eivissa en los años 80 y 90 al variar el precio de la libra. Nuestro turismo de masas en las últimas décadas del siglo XX se ha basado en la baratura de las vacaciones y el instrumento más usado ha sido el tipo de cambio. La variación del tipo de cambio ha tenido el efecto más espectacular en el aumento de turistas a nuestras islas. Hay un paralelismo casi asombroso entre monedas europeas fuertes y entrada masiva de turistas. Y lo contrario, cuando la peseta ha estado fuerte, el turismo ha peligrado. Los británicos responden más del triple que los alemanes a esos cambios en el poder de compra de sus monedas.

El número de turistas británicos que ha visitado Eivissa aumenta cuando la libra puede comprar más pesetas y disminuye en el caso contrario. El continuo aumento de turistas de los primeros años 80 va unido a la recuperación de la libra hasta esa entrada masiva de 1984 de 517.495 turistas británicos asociada a un precio de 225 pesetas/libra. Las cotizaciones caen en picado durante 1985 y disminuyen también masivamente los turistas británicos (366.999). La libra se recupera en 1986 y este hecho unido a la reducción de costes en los paquetes turísticos por los turoperadores da lugar a una masiva afluencia de británicos durante 1986 y 87 (en este último año se llegó al máximo de la década con 593.213 turistas).

Aunque con altibajos, la libra se deprecia en los años siguientes a un precio medio de 180 pesetas, reduciendo casi a la mitad el número de visitantes ingleses a principios de los 90. En 1991 se llegó al número más bajo de visitantes (332.768). La posterior devaluación de la peseta permitió un aumento espectacular del turismo británico en 1994 con un aumento del 26,4% respecto a 1993, alcanzando un total de 592.908 turistas. Actualmente, al final de la segunda década del siglo XXI, al menos el 50% del turismo británico, turismo familiar y turismo de menor poder adquisitivo responde al precio con tanta fuerza como en aquellos años.

El turismo británico es el primer mercado para Eivissa con 832 mil turistas en 2018, lo que supone un 33% del turismo extranjero, el doble que los italianos y holandeses y casi el triple de los alemanes. Es también el principal país emisor de turismo a España con 18,5 millones de turistas procedente del Reino Unido,el principal mercado, y el segundo en importancia en las Illes Balears. En el caso de Eivissa se ha reducido la dependencia del mercado británico del 42% al 33% en pocos años, con el nuevo modelo turístico, diversificando más el turismo extranjero, pero aun así el turismo británico sigue siendo el más numeroso. El impacto de una salida sin acuerdo puede ser catastrófico a corto plazo.