Álvaro Medina es informático y ha trabajado en varias empresas ubicadas en el Parc Bit.

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Álvaro Medina es el nuevo gerente de la Fundació Bit. Considera su cargo un nuevo reto profesional tras su paso por empresas como APSL, Mola.com o Logitravel como informático especializado en tecnología móvil. El problema de la movilidad es una de sus principales prioridades.

La Fundació Bit depende ahora de la Direcció General de Modernització i Administració Digital de Ramon Roca en su mayor parte, pero también en algunos ámbitos de la Direcció General d’Innovació y de la Direcció General de Política Universitària i d’Investigació. «Somos más de 250 trabajadores en tres áreas. La primera es la gestión del parque: terrenos, mantenimiento, oficinas... y el Parc Bit de Menorca. Otra parte es de desarrollo tecnológico y de software para la Administración, que se hace, se mantiene y se planifica desde aquí, como las redes de comunicación del Govern, el registro web, las interacciones entre sistemas informáticos de hospitales, y una parte innovadora como Play for Health, de videojuegos para rehabilitación, en colaboración con médicos y con la UIB. También hay un servicio gratuito de asesoramiento a empresas tecnológicas. La tercera área es el call center y el servicio de cita previa del médico. Y se ha hecho una app de cita previa para el médico que es una colaboración entre áreas”, indica.

De hecho, una prioridad a nivel interno es acabar de organizar las condiciones de los trabajadores: «Hay una desorganización en materia laboral que viene de la fusión de las empresas del Parc Bit -Fundació IBIT, Bitel y Parc Bit-. Las categorías de los trabajadores se tienen que unificar, ahora son diferentes. No es un tema fácil y hay que intentar cerrarlo», indica.

Movilidad

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Medina considera «a título personal» que la ubicación del Parc Bit, lejos del núcleo urbano, es uno de sus principales defectos. Precisamente, como gerente debe abordar los problemas de movilidad y falta de parking mientras no llegue el metro, cuya primera fase de las obras debería empezar a finales de este año y después pasarán otros dos años hasta que esté operativo, comenta. «Mientras tanto, se ha hecho una encuesta de movilidad a los trabajadores y sabemos que un 80% de la gente viene en coche y un 66% viene de Palma. Las soluciones que quieren son, en primer lugar, el metro. Después, un aumento de las frecuencias de líneas de bus, una línea de bus directa y una ampliación del parking. Con esta información, empezaremos a trabajar en el aumento de frecuencias de bus y a mirar una línea directa. Como tercera opción, veremos cómo podemos mejorar el parking. Hay una zona ampliable, pero está muy lejos del puesto de trabajo, sería prácticamente como aparcar en la UIB. Y también estudiaremos un bus lanzadera de la parada del metro de la UIB al Parc Bit», explica. Preguntado por si al final la decisión no está en manos de la EMT, responde: «De la EMT y de la UIB. Es un poco complicado, pero es lo que nos pide la gente».

Otra de las prioridades de Álvaro Medina, al margen de la operativa diaria, es dar más protagonismo al Parc Bit a través de eventos. «Nos gustaría traer el congreso de EuroPhyton, un lenguaje de programación bastante utilizado aquí. También repetir eventos como Django Girls, para intentar reducir la brecha de género en la tecnología. Y otros eventos que no sean tan técnicos. Además, repetiremos la asistencia al Mobile World Congress», adelanta.

La visión

Para Medina, el Parc Bit es un polo tecnológico pero no cree adecuado compararlo con Silicon Valley: «La mayoría de los clientes son internacionales y en Alemania y Reino Unido se conoce el Parc Bit y es una referencia. Siendo sincero, no diría que esto es Silicon Valley porque es imposible. Silicon Valley empezó en los años 30 en varios centros universitarios, el principal de ellos Stanford. Se hizo un centro de investigación de radio eléctrico, un laboratorio secreto financiado por el ejército. Fue una inyección ingente de dinero de DARPA durante 80 años en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Esto es lo que hizo llegar después los garajes. No se puede comparar con el Parc Bit. El Parc Bit tiene que ser un punto neurálgico de empresas de tecnología digital aplicada a lo que sea. De cara al futuro, me gustaría una colaboración con la UIB que diera no solo tecnología aplicada, sino la mezcla entre investigación e infraestructura tecnológica para intentar replicar a los pioneros de aquella época. Lo que se ha conseguido está muy bien y es un polo tecnológico que nos sitúa en el mapa como un centro tecnológico europeo», concluye.