José Antonio Roselló, vicepresidente de la CAEB. | DANIEL ESPINOSA

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La economía de Eivissa y Formentera ha crecido en el primer trimestre de este ejercicio un 2,5% frente al 2,8% con el que acabó el año pasado.

José Antonio Roselló, vicepresidente de la CAEB en las Pitiüses, afirma que, de momento, «no hay pesimismo empresarial, sino cautela y mucho trabajo de gestión de mercados» y señala que los datos no son alarmantes, pero hay que mantenerse vigilantes.

¿Cómo podría definir el momento que está viviendo la economía de Eivissa y Formentera?
Es muy importante aclarar conceptos. Estamos hablando del primer trimestre; lo que sí se constata es una desaceleracón general, que no quiere decir recesión, se tiende a confundir a veces. Desaceleración simplemente es que la marcha de la economía pierde fuelle. Pero seguimos en fase de crecimiento. Un crecimiento del 2,5% sigue siendo una tasa que muchos querrían. Por tanto, estamos en época de crecimiento, pero inferior. El problema de la desaceleración es de futuro. Es lo que se apunta en el informe, si no se hace caso de esto al final puede acabar en una recesión. Pero estamos hablando de una problemática a nivel general, no solo de las Pitiüses. Entonces, las ‘alarmas’ están empezando a activarse, pero no debemos exagerar. Tenemos que mantener el crecimiento a largo plazo.

¿Esta desaceleración es preocupante?
Creo que hay que mantener la calma; no hay que exagerar. Hay que estar atentos a las tendencias de futuro. No hemos de olvidar que venimos de unos años muy buenos en los que incluso la economía de Eivissa iba por delante de la balear. Hemos de concebir la economía como una carrera de fondo en la que hay momentos en que aceleras, pero no siempre puedes ir acelerando. Eivissa a lo mejor necesitaba esta moderación. Dicho esto, insisto en que el problema puede ser de futuro. El problema sería que siguiésemos cayendo; la preocupación empieza a ser más de futuro no solo en las Pitiüses, sino en Balears, España y Europa. No debemos bajar la guardia y tenemos que seguir intentando mantener el crecimiento a largo plazo. Hay que tener en cuenta que cuando caemos en tasas del 2,5% o menos en la economía española, en general, hay problemas de creación de empleo. Gracias a la reforma laboral se había podido superar este problema crónico que tenía la economía española, y nosotros también como parte de la economía española. El 2,5% presagia que a lo mejor podría haber algún problema de empleo, pero de momento no lo ha habido. Hay que estar muy vigilantes con el futuro.

El informe señala que la desaceleración pitiusa tiene mucho que ver con el turismo. ¿El monocultivo turístico puede ser negativo?
Mallorca y Menorca también dependen mucho del turismo, pero tienen una presencia algo superior de la industria del calzado, materiales de construcción y química, por ejemplo. En las Pitiüses también tenemos industria, no nos podemos olvidar de la moda. Lo que pasa es que lo principal es el turismo. No veo que pueda ser negativo porque turismo y servicios son un sector de síntesis ya que abarcan diferentes actividades, como alojamiento, restauración, apartamentos, transporte, náutico, el sector del ocio y las actividades recreativas, como buceo... No lo veo mal porque conlleva una especialización y mientras esta sea correcta y la gente haga bien su trabajo no tiene por qué traer problemas.

¿Cómo está yendo la temporada turística en Eivissa y Formentera?
A principios de año hubo unas previsiones muy agoreras y está resultando que el grado de ocupación tanto en temporada baja como en junio prácticamente se ha mantenido, incluso en alguna zona ha aumentado. Las previsiones agoreras no se han cumplido. Lo que sí hay que decir es que está costando mucho vender porque el mercado está en ebullición; hay muchos componentes externos que afectan a la actividad turística, como la desaceleración en sí, el brexit, la desviación de turistas a otros destinos... pero la imagen de marca sigue estando ahí. La temporada está funcionando con altibajos, pero sigue habiendo una buena demanda. Nadie puede decir que todo vaya sobre ruedas, pero la realidad es que tampoco va tan mal y tenemos que ser conscientes de que tenemos a nuestro alrededor una situación muy complicada. Tenemos que poner de nuestra parte con una buena relación calidad-precio y que la administración turística ayude.

¿Cómo interpreta la caída de ocupación de la pitiusa menor?
En los datos de ocupación, Formentera cae bastante. Por lo que me trasladan, el destino necesita un revulsivo desde el punto de vista que no haya tantas prohibiciones; se estaría incidiendo demasiado en el tema de prohibiciones y a lo mejor habría que dar otro enfoque para poder atraer mejor al turismo. Es la explicación que me han dado sobre esta caída, aunque hay que analizarlo mejor.

¿En qué deben ayudar las administraciones?
Se debe regular bien toda la cuestión de seguridad y civismo para que la gente se lleve una buena impresión de aquí. Luego está en sus manos controlar el intrusismo y que la Administración funcione bien y no desanime a la actividad empresarial. También se debería favorecer la inversión; tendríamos que volver a una normativa turística que facilite de nuevo las reformas e inversiones.

¿Cómo acabará este ejercicio en las Pitiüses?
Acabaremos con una moderación del crecimiento. Sin embargo, si no se hace nada podemos acabar con una desaceleración más fuerte de la que estamos teniendo, pero de todos modos no pienso que este año acabemos en recesión. Seguirá la tendencia a la moderación del crecimiento; esto es matemático porque la realidad está ahí y nosotros difícilmente nos vamos a diferenciar.