A la izquierda, una vista del sótano abovedado que conserva la arquitectura del siglo XVII.

TW

Inaugurado hace tan solo un año, el Boutique Hotel Sant Roc & Spa es el nuevo proyecto empresarial que la familia Sastre Gardés ha puesto en marcha en el centro de Maó tras la rehabilitación de dos edificios emblemáticos que datan de finales del siglo XVIII. Veintidós modernas y elegantes habitaciones que lo convierten en el hotel de interior más grande de la ciudad, en las que se fusionan tradición e innovación en todo el conjunto arquitectónico.

Un establecimiento hotelero cuyo sello está vinculado a la construcción de llaüts con el famoso Menorquín, y que ahora desembarca con esta propuesta basada en una experiencia boutique para unas vacaciones de relax y confort en Menorca.

PROYECTO. El proyecto del Boutique Hotel Sant Roc Spa nació entre 2016 y 2017, después de adquirir dos casas señoriales datadas de finales del siglo XVIII y situadas muy cerca de la antigua muralla que daba acceso a la ciudad de Maó, el Pont de Sant Roc.

“Nuestro objetivo era poder ofrecer al cliente la experiencia de alojarse en unos inmuebles singulares, cuyo diseño constructivo pretendía poner en valor la belleza pero también la durabilidad y la utilidad que nos permitía conservar la patina del tiempo, devolviendo una mirada antigua a la edificación”, explica Juan Francisco Sastre, propietario e impulsor de la idea.

“Para ello contactamos con el taller Faedoarquitectura, autor de trabajos destacados en nuestra isla como la casa de La Sombra del Viento en el puerto de Maó y que acredita el premio absoluto de arquitectura en viviendas unifamiliares de 2017”, indica Sastre.

Al iniciar las obras en septiembre de 2017, el equipo técnico encargado de la reforma detectó que los muros y techos podían rescatarse y por ello no fue necesaria una nueva composición de la fachada. “Pudimos mantener el grosor de los muros, el orden y la verticalidad de los huecos, en lo que sería la pura esencia menorquina”, añade Xisco Sastre.

Durante la restauración de los inmuebles, se eligieron materiales perdurables y no arbitrarios. “El suelo hidráulico, por ejemplo, recuperó una tradición totalmente artesanal que ya no se aplica”, detalla Sastre. “Otro ejemplo de nuestro propósito fue la intervención del sótano abovedado en el que se sirven los desayunos, que conserva la arquitectura de finales del siglo XVII, así como la utilización del marés, la piedra caliza de las Balears, que fue usada en las edificaciones originales del inmueble y que se mantiene intacta en los muros de la zona wellness y de la sala abovedada”, comenta Sastre.

Pero uno de los aspectos destacados fue también a nivel medio ambiental, con la incorporación de placas solares térmicas para la producción de agua caliente, un aislamiento altamente eficiente en fachadas y cubiertas, así como un sistema de climatización puntero, capaz de producir frío, calor y agua caliente, utilizando una tecnología de recuperación de calor.

“Se diseñó un edificio para obtener una calificación energética de la clase A, la más alta para un edificio cuyas emisiones de CO2 son inferiores al cinco por ciento de lo que produciría un edificio con calificación energética más baja”, explica el propietario.

RELAX Y CONFORT. Como si el huésped se fuera a embarcar en uno de los llaüts que el Grupo Sasga construye en sus astilleros, las habitaciones están diseñadas para ofrecer una estancia agradable en las que la luz y los materiales cálidos como la madera contribuyen a generar una atmósfera de relax y confort.

“Todos los acabados de madera recuerdan esta cultura náutica, en un gusto exquisito por la fusión de tradición e innovación”, explica Cristina Grandío, directora del hotel. “Se ha pensado hasta el último detalle para hacer vivir esta experiencia boutique y por ello todos los amenities que dispone el hotel son de la conocida firma londinense Molton Brown”, comenta.

El establecimiento también dispone de una zona wellness en la que se ha instalado un spa de aquatherapia con sauna, dos jacuzzis, ducha escocesa y baño turco que se suman a su oferta de relax disponible tanto para el cliente interno como externo, que se complementa con una carta de tratamientos estéticos y masajes a la carta.

Otra de las apuestas para vivir esta experiencia boutique incluye la selección de productos de kilómetro cero que se utilizan para dar forma a los desayunos que se ofrecen en el hotel.

“Nuestra apuesta por Menorca es clara y por ello ofrecemos poder empezar el día disfrutando de embutidos, quesos y repostería tradicional, desde el queso Mahón a la sobrasada, la carn i xua, el butifarró o los crespells y rubiols de atún o verdura, entre otros”, detalla la directora.

CYCLING FRIENDLY. Pensando en el cliente que viene a disfrutar de Menorca en bici, el Hotel Sant Roc & Spa fue uno de los primeros establecimientos en certificarse bajo el sello Cycling Friendly desde que abrió sus puertas. “Nuestro hotel dispone de una zona fitness con bici indoor así como un garaje-taller para guardar las bicicletas y poder ponerlas a punto para su rodaje, ya que está equipado con las herramientas necesarias, además de un parking exclusivo para su custodia”, explica Cristina Grandío. Otro de los servicios que incluyen es el poder disponer de rutas cicloturistas que cubren toda la isla y que tienen su origen y llegada en el propio hotel.

“El cicloturismo es uno de los sectores de más crecimiento en el ámbito turístico nacional y queremos aportar nuestro grano de arena para que se consolide aquí. El Camí de Cavalls o la Volta Cicloturista Internacional a Menorca, que se lleva a cabo en octubre, son ejemplo de ello”, añade. Además, hospedarse en el Boutique Hotel Sant Roc & Spa incluye en su carta de servicios algunas propuestas como navegar a bordo de un Menorquín o conocer la Menorca más rural a caballo, entre otras posibilidades.