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Nuestra sociedad, que Ulrich Beck denominó en los años ochenta del pasado siglo como la “sociedad del riesgo”, se ve ahora inmersa en una grave crisis política, económica, social... enfrentada a un futuro dominado por la incertidumbre, de orígenes múltiples como los populismos, las políticas extremistas o los problemas creados por las nuevas tecnologías.
Incertidumbre y riesgo son dos factores que explican nuestra incapacidad para predecir de forma precisa un evento futuro.

Esta dicotomía obliga a una claridad analítica para la aplicación de la teoría de las decisiones, ya que a las decisiones bajo riesgo se les puede asignar probabilidades a las preguntas, pero las incertidumbres implican que se puede, a lo sumo, enumerar las respuestas posibles, pero no calcular sus probabilidades.

La teoría económica que puede enlazar incertidumbre y riesgo es una aportación de Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía en 2002, que demostró científicamente que en situaciones de incertidumbre las decisiones no se toman en base a factores racionales, para lo cual se intenta suprimir la incertidumbre, mediante acciones de autoengaño y evitan el riesgo cuando buscan ganancia y lo eligen si se trata de evitar una pérdida.

La crisis de la economía nace de la incertidumbre de la ciencia y de la irrupción en nuestras vidas de fenómenos como la globalización, la RSC, la inestabilidad económica, que ha aumentado considerablemente con la caída de la producción a escala mundial, la guerra comercial (y tecnológica) entre EEUU y China y la recesión de algunas economías del mundo occidental.... Merece un estudio y análisis adecuado ya que la sensación de incertidumbre hoy en día está más que justificada.

En el ámbito empresarial está claro que las variaciones en los niveles de incertidumbre a decisiones de consumo, inversión, empleo... y para su medición han aparecido índices de valoración como el de la Universidad de Michigan o el VIX de la Chicago Board (CBOE).

En España disponemos del Índice de Incertidumbre (I3E), un indicador (que se publica mensualmente en la siguiente web: https//i3e/icdm), sintético y libre de sesgos subjetivos, elaborado conjuntamente por el IESE de la Universidad de Navarra y el International Center for Decision Making (ICDM).

Para la elaboración de este índice se utilizan cuatro vectores de carácter macroeconómico: la tasa de cambio dólar-euro, el IBEX 35, el precio del barril de petróleo Brent y los precios del bono español a 10 años.

En la dicotomía riesgo/incertidumbre John F. Muth ha introducido una nueva reflexión: la teoría de las expectativas racionales, que asume que las empresas utilizan la información que reciben de acuerdo con sus expectativas y así el comportamiento se hace predecible. Por lo tanto, podríamos hablar también de una economía sobre expectativas, que daría lugar a un nuevo movimiento que contemplase la aleatoriedad en su contexto económico.