Roberto Fluxà es el gerente de Fincas Fiol desde la creación de la empresa hace 20 años. | Teresa Ayuga

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Con más de 20 años de experiencia, Fincas Fiol se ha consolidado como un proyecto que ha evolucionado desde el cambio de su modelo de negocio tras los inicios de la crisis económica en 2008.

La inmobiliaria pertenece desde hace diez años a la Associació Balear de Serveis Inmobiliaris (ABSI), integrada por 43 empresas del sector inmobiliario que comparten un sistema de listado múltiple en el que, una vez una empresa registra una vivienda, está disponible a todas las demás. Esta unión “hace que, con un solo interlocutor, lleguemos a muchos más clientes, algo que nos ahorra tiempo”, expresa Roberto Fluxà, gerente de Fincas Fiol.

La colocación de una vivienda en el mercado empieza con “un análisis de las fortalezas y debilidades de la vivienda y explicamos nuestro sistema de ventas en multiexclusividad”, indica. Tras ello, se procede a un análisis del mercado en el que se informa a los usuarios del precio medio de la zona en la que está ubicada junto a sus características: “Cuando se saca una casa a la venta, es importante saber el tráfico que se genera si se coloca a cierto precio”, añade Fluxà.

DIFUSIÓN. Una vez se realizan fotografías de la vivienda y se edita el anuncio, con los datos más reales posibles, es momento de la difusión del inmueble. Fincas Fiol se encarga de subirlo en su web, además de en la página de ABSI, lo que hace que llegue al resto de sus afiliados: “Una vez publicado, aparecerá en el primer resultado de las inmobiliarias, pero sin generar anuncios en exceso para no quemar la promoción”, señala Fluxà.

Esta labor se completa con una triangulación de los posibles compradores en las bases de datos de las empresas en la ABSI, algo que se informa a los propietarios de los inmuebles junto a un registro de quiénes lo han visitado. A veces también se realizan jornadas de puertas abiertas, “acción que también permite a clientes y compañeros del grupo conocer mejor la propiedad”, matiza Fluxà.

Una vez se encuentra el comprador idóneo para la vivienda, se realiza una estrategia doble. Por una parte, actúan como intermediarios a la hora de obtener préstamos hipotecarios con las entidades bancarias. Por otra parte, ayudan a los vendedores a obtener la mejor cantidad en relación a otras competidoras de su zona. Finalmente, también contribuyen a acciones de cierre de venta con un equilibrio entre los precios estimados del comprador y del vendedor.

AL DETALLE. La creación de esta red ha cambiado su método de trabajo: “Actualmente tenemos una cartera reducida de número de propiedades a la venta, a fin de poder ofrecer un servicio más personalizado a los propietarios que han contratado nuestros servicios”, subraya Roberto Fluxá. Respecto al tipo de comprador inmobiliario, “hoy en día, alrededor de un 20% de nuestros clientes son de origen extranjero”, añade.

Las principales preocupaciones de sus clientes “son muy variadas, aunque la zona es una cuestión bastante determinante, ya que influye en gran medida en el precio”, afirma el gerente de la empresa.

La inmobiliaria también gestiona alquileres de viviendas, aunque “cada vez que nos entra un anuncio de alquiler, a las horas tenemos que quitarlo por el aluvión de mensajes que recibimos”, asegura Fluxà. Motivo por el cual, en su opinión, es más rentable la compra de inmuebles: “A día de hoy, las cuotas hipotecarias son menores a las de alquiler. Además, con la nueva ley de arrendamientos urbanos no existe una garantía de que los inquilinos puedan quedarse más de tres años en una vivienda. A todo eso se suma la poca oferta que hay en la isla”, concluye Fluxà.