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Durante las últimas décadas, internet ha transmutado la manera de operar en un mundo global e hiperconectado. En efecto, entre otros aspectos, las empresas han redefinido sus estrategias comerciales y de comunicación. En particular, una de las mayores revoluciones de los últimos años, en los ámbitos de internet y la comunicación, lo constituyen las redes sociales. Estos nuevos instrumentos permiten a las empresas interactuar con sus clientes de forma mucho más precisa, de modo que se pueden definir, con mayor exactitud, contenidos concretos que favorecen un mayor vínculo con el público objetivo.

En consecuencia, se posibilita el acceso a nichos de mercado específicos de alcance mundial, esto es, personas con características y necesidades homogéneas, dispersas geográficamente. Aspecto, este, fundamental para el avance de territorios de reducida dimensión. Por este motivo, las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y, en extensión, el sector cuaternario entendido en su plenitud, con la inclusión de la Investigación, el Desarrollo y la Innovación (I+D+ i) se erigen como uno de los vectores determinantes sobre los que pivotar el desarrollo del tejido económico menorquín en un entorno global. Este hecho de relevante trascendencia implica, para Menorca, una gran oportunidad con el objeto de coadyuvar en la abertura exterior, así como en la captación de nuevos y diversificados nichos de mercado.

Un caso ilustrativo se encuentra en el paquete turístico –forma tradicional de comercialización del producto sol y playa–, que ha dejado de ser la opción más usada por el turismo nacional que visita Menorca, el cual se decanta por las compras a través de internet en sustitución de los intermediarios, que predominaban dos décadas atrás.

El fomento de la capacidad de innovación y el interés social por la investigación científica y tecnológica –con especial atención en aquellas áreas estratégicas para la Isla– es primordial para impeler las sinergias derivadas del desarrollo del sector cuaternario sobre el conjunto de la economía menorquina. Esto es así porque el afianzamiento de los flujos de información entre los centros de conocimiento y las unidades productivas refuerza considerablemente el progreso económico y social de un territorio.

En síntesis, además de la contribución directa del sector cuaternario al PIB, la importancia del cuaternario radica en su acento transversal y en su potencialidad como eje de transferencia de conocimiento relacionado con la I+D+i –y el subsiguiente incremento de valor añadido– en diferentes ámbitos de la economía menorquina, entre otros, el turístico, la pulsación industrial tradicional y la bioagricultura.

Por si lo expuesto hasta ahora no constituyera corolario suficiente, de forma adicional al desarrollo en innovación de diseño y procesos, el sector cuaternario representa para las empresas de Menorca la posibilidad de nuevas formas de comercialización y mejoras en la comunicación con mercados y proveedores situados estratégicamente en cualquier localización del planeta.

El detalle de las consideraciones sucintamente expuestas en este artículo puede consultarse en “El model turístic menorquí: mite o realitat (1960-2015)”.