José Antonio Ribas asumió las riendas del negocio en los años 80 y en 2009 optó por abrir su primera tienda. En la actualidad tienen dos y estudian seguir expandiéndose. | DANIEL ESPINOSA

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La historia de Pinturas Fiona se remonta a la década de 1960 cuando Ramón Ribas empezó a dedicarse al mundo de la pintura como aplicador. Una profesión que consiguió transmitir a su hijo, José Antonio Ribas, que asumió las riendas del negocio de aplicadores de pintura en los años 80. En esos años ampliaron la plantilla como aplicadores de pintura, se asentaron en el mercado pitiuso y la empresa continuó creciendo. Fue en plena crisis económica, en concreto en el año que más se dejó notar en Eivissa y Formentera que fue en 2009, cuando montaron la primera tienda en el municipio de Sant Antoni Abad “y acabamos de inaugurar este mes de marzo pasado una nueva tienda en el municipio de Eivissa”, explica José Antonio Ribas.

¿Por qué se les ocurrió abrir su primera tienda si el negocio previamente les iba bien? Ribas lo tiene claro: vio el momento y no dudó en lanzarse. “La montábamos mientras yo todavía trabajaba de pintor y empezaba la crisis de 2009. Vi una oportunidad ya que mi idea era seguir dando servicio a los clientes que no podían invertir en mano de obra profesional. Pese a que la gente me decía que estaba loco, yo pensaba que cuando acabara la crisis ya estaríamos asentados como tienda. La montamos con mucha ilusión y apostamos por la marca CIN Valentine por su profesionalidad y calidad”. Y no se equivocó, pues son muchos los pitiusos y gente de fuera con segundas residencias en Eivissa y Formentera que acuden a las tiendas de Pinturas Fiona en busca de buenos productos y consejo.

CONFIANZA. “La clave es la confianza, dar un buen servicio y ofrecer calidad. En un mundo que va demasiado rápido y todo se mecaniza cada vez más, nosotros escuchamos y asesoramos profesionalmente a los clientes para que tengan una solución concreta a sus problemas de pintura”. Algo que Ribas tiene claro que no podría conseguir si no “tuviera una plantilla de trabajadores formada y profesional que asesora continuamente al cliente. La plantilla de Pinturas Fiona está formada por trabajadores fijos que llevan muchos años trabajando con nosotros. Somos una gran familia y quien entra a trabajar es raro que se vaya de la empresa”, explica Ribas. De hecho, el trabajador más antiguo, que es un pintor, lleva 22 años trabajando en Pinturas Fiona.

En la actualidad, este negocio cuenta con una plantilla de 15 trabajadores entre pintores, comerciales y vendedores en tienda (empezaron con dos únicos empleados). El hecho de ser una gran familia genera que haya un ambiente de trabajo de máxima confianza y apoyo entre todos, según explica el propietario de este negocio.

Además de la confianza, otras claves para que un negocio alcance con éxito el medio siglo de vida, según explica su propietario, son el servicio y ofrecer calidad en sus productos, además de contar con la fidelidad de sus clientes. La fidelidad de sus clientes, de hecho, es lo que genera que no hayan notado mucho la crisis económica. “Las crisis son cíclicas y hay que tener un buen criterio para saber sortearlas; en nuestro caso, gracias a la fidelidad de nuestros clientes, las hemos superado. Nuestros clientes son mayoritariamente extranjeros con segunda residencia en España y clientes con muchos años de trayectoria con nosotros”, explica Ribas, quien asegura que tienen clientes de varias generaciones de una misma familia, algo que les produce mucha satisfacción. Ribas tiene claro que “la clave está siempre en crecer acorde a las necesidades de la empresa”.

Como empresario con tantos años de experiencia, Ribas afirma que Eivissa está ahora mismo “en la cresta de crecimiento; es un buen momento, aunque no hay que confiarse. Hay que recordar que, aunque Eivissa viva en un microcosmos, también tiene periodos de crisis; yo llevo viviendo estas situaciones desde pequeño y pienso que siempre hay que ser coherente”. En un sector con tanta competencia e intrusismo, Ribas afirma que “los trabajos bien realizados, la calidad a nivel de aplicación, y la venta y el asesoramiento profesional en nuestras tiendas son lo que nos diferencia del resto de negocios del mismo sector”.

PRODUCTOS. En cuanto a los productos, Pinturas Fiona empezó su andadura profesional ofreciendo tres marcas y en la actualidad cuenta con más de diez referencias comerciales, entre las que destaca Cin Valentine de la que son distribuidores para Eivissa y Formentera. “También somos distribuidores de Stoppani soluciones para náutica y Sayerlack laca para muebles”, precisa Ribas, quien asegura que sigue sintiendo la misma pasión por su trabajo que el primer día: “Para mí, cada día es un nuevo reto, un nuevo producto, un cliente a visitar, un presupuesto a realizar... una nueva aventura. Todo me motiva y supongo que será porque son un apasionado de mi trabajo”, aunque recalca que “es muy difícil no seguir trabajando en casa”.

Con el paso de los años, el negocio ha sabido adaptarse a la evolución de los clientes. “La verdad es que cambias sin darte cuenta, solo tienes que adaptarte al momento y a las modas. El cliente siempre manda y también evoluciona; todos queremos ahora más información y eso nos vuelve más exigentes”, asegura.

Los últimos servicios que han adoptado son la venta al profesional y negocios con asesoramiento personalizado en domicilio y reparto también a domicilio. Por el momento, no se plantean la venta online de sus productos, “pero sí que intentamos mantener siempre actualizada nuestra página web en la cual se pueden consultar las últimas noticias, ver nuevas tendencias, vídeos explicativos y tener al día las redes sociales”.

RELEVO. José Antonio Ribas tiene dos hijos y le “encantaría” que hubiera relevo generacional en la empresa, aunque “todavía es pronto para saberlo, pero el mayor, que tiene 16 años, está empezando a conocer el negocio, compaginando sus estudios. Es importante que le den valor a lo que tienen”. Entre sus retos a medio y largo plazo se encuentra abrir nuevos puntos de venta de cara al año que viene en la isla de Eivissa, algo que están estudiando en municipios como Santa Eulària des Riu, así como expandirse al resto de islas, por ejemplo, a Formentera.